Que Lina tuvo dos exnovios músicos nos lo contaron hasta la saciedad: Cuando se peleaban, cuando se reconciliaban y cuando se traicionaban, la gente es feliz con eso, vale. Pero como todo esto se trata de vender y nada más, los ex sacaron una canción de bachata juntos para decir obviedades “el problema era yo, no tú” etc.
Acto seguido y a las pocas horas la Tejeiro sale con la cara inflamada (seguramente se aplicó algún filler facial, pero eso no nos lo promociona, ni boba que fuera) dizque por tanto llorar en una historia en Instagram. Y entonces, oh sorpresa, dice que con el rímel que ella vende se puede llorar a mares y no se corre (¡¡).
El video es cuidadosamente escenografiado: Ella en saco de pijama, despeinada pero no mucho, en su cama para hacernos creer que lleva deprimida debajo de las cobijas varias horas “llorando”, una luz de frente al rostro para que veamos todo el sufrimiento que ha padecido y la estratégica inflamación de labios, pómulos y ojos.
Esto tiene uno o varios nombres: Brand content o publicidad silenciosa, se trata de hacer marketing sin que lo parezca, vendernos algo suave y naturalmente en este caso sumémosle que hay que sentir lástima o empatía por Lina porque pobrecita, entonces como todos sufrimos de tusas ella les ofrece a las mujeres la solución mágica, (no para no sufrirlas para eso son las terapias) la berraca pestañina para que no parezca que las padecen. Lo importante es ser empoderadas y no mostrar que se sufre por los machitos asquerosos y bla bla bla.
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Si hilamos fino antes de esta movida publicitaria bien pudo haber una reunión entre los managers de ambos bandos, por decir, se miraron, compararon y analizaron números de seguidores y se plantean estrategias de cómo mantenerlos y aumentarlos. Ustedes, nosotros, o yo no somos seguidores, somos números y clientes potenciales que con cada share, reacción o comentario en redes les hacemos publicidad gratis.
Entonces la canción de bachata y el video con un carro de trescientos mil dólares como fondo de ese par de alepruces con cachucha, y cantando como si los hubiera corneado un toro en la boca es el primero de los dos pasos, la canción de “la ofensa” para que Linita reaccione en su historia de Instagram, (el segundo paso) le dé puños a la almohada y pataditas a la cama histérica mientras ve como rompe el contador de views, se vuelve tendencia y entonces nos venda el rímel.
De esta manera todos ganan, los ex se cuelgan de la fama de la Tejeiro y se vuelve a hablar de ellos y ella factura. Todo muy preparado. Y muy evidente.