La más reciente tienda que abrió la marca Lili Pink, hace unos días, está puesta en el centro comercial Novacentro en Pasto. Ya son un poco más de 400 locales en Colombia. En 2007, cuando la marca cumplió 10 años, celebraron la apertura de la tienda número 150. Hoy, cinco años después, triplicaron ese número con tiendas en todo el país y unas 50 más puestas en Costa Rica, Guatemala, México, Perú y Ecuador. La mayoría son propias, y otras son franquicias.
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En tan solo 15 años Lili Pink se convirtió en la marca número uno de ropa interior femenina del país. Desbancó a la tradicional Leonisa y a las demás de su categoría en ventas al detal. Ninguna le gana vendiendo al menudeo panties, brasieres, tops, vestidos de baño, pijamas, ropa deportiva, medias y coqueta lencería.
Lili Pink fue idea de los hermanos Max y David Abadi, hijos de los norteamericanos Hyman Abadi y su esposa Ivette Abadi, descendientes de judíos que llegaron a Estados Unidos huyendo de la persecución y la pobreza que vivían en la Europa de mediados del siglo XIX.
Los Abadi recorrieron varios países antes de aterrizar en Colombia, en 1.955. Ya en Bogotá y con algo de dinero Hyman y su hermano José Abadi, montaron en 1.959, una pequeña fábrica de venta de telas que llamaron Lafayette. Esta empresa que aún sigue en manos de la familia Abadi, se convirtió en la más importante productora de materia prima para la confección en el país. Fue la primera empresa en implementar tecnología avanzada en sus procesos de estampado y por muchos años fue la dueña de la producción de hilo en Colombia. Sus telas fueron las protagonistas de las principales pasarelas de moda de Colombia y la región.
Tras hacerse con el mercado nacional, Lafayette saltó a Venezuela en la década de los años 90. Luego llegó a Ecuador y a México. Los últimos países que ha conquistado son Perú y Costa Rica a donde aterrizaron en 2010. Hoy Lafayette, gerenciada por Roy Azout Abaddi, descendientes de los fundadores y primo de Max y David, dueños de Lili Pink, sigue actualizándose y siendo potencia en el mundo de las telas y la moda.
Por algunos años los hijos del Hyman Abadi pusieron esfuerzos en la fábrica fundada por su papá y su tío, pero sus intereses personales y profesionales estaban más allá de las oficinas que tenían en lista varios herederos interesados en las gerencias.
Antes de fundar junto a su hermano David la exitosa marca de ropa interior Lili Pink, Max Abadi, ingeniero industrial de profesión, ya se había hecho mundialmente conocido por ser el fabricante de los condones Unique, que no son de látex sino de polietileno. Su invento fue reconocido en 2014 como el mejor preservativo del mundo y recibió del dueño de Microsoft, Bill Gates, y su Fundación Bill y Melinda Gates, el premio de 150 mil dólares para seguir perfeccionando su producto.
Fue en 2015 cuando Max y David le apostaron al segmento de la ropa interior para mujer, apoyados por su padre, el empresario Hyman Abadi, de gigante experiencia en el mundo textil. Tenían al frente un monstruo empresarial como lo era Loenisa, fundada en 1.956 por los hermanos Marco Aurelio, Joaquín, Luis Enrique y Julio Urrea, que en un principio ni hacían ropa interior ni se llamaba Leonisa, el nombre se lo pusieron un par de años después en honor a su abuela.
Leonisa le llevaba a Lili Pink casi 60 años de ventaja y además era la que mandaba en el mercado, aunque había ya pasado por dos peleas familiares que generaron divisiones; la primera se dio en 1970 cuando ya estaba presente en 11 países. Los cuatro hermanos fundadores tuvieron diferencias y la empresa terminó en manos de Julio y Joaquín.
Y la segunda fue en 2005 cuando los hijos de sus dos dueños: los 11 primos Urrea Arbeláez se pelearon con las tres hermanas Urrea Jiménez, quienes en 2006 terminaron vendiendo su mitad por 120 millones de dólares, después de un año de disputas legales. Tras su salida de Leonisa las hermanas montaron otra empresa de ropa interior con su marca Ellipse, que no está dentro del mismo segmento económico.
La tradicional Leonisa quedó entonces en manos de los hermanos Urrea Arbeláez, quienes se encargaron de armar toda una estrategia para actualizar la marca creando Vertical Partners en cabeza de Esteban Urrea. El fondo nació para ayudar a hacer inversiones al Grupo Leonisa y potenciar su transformación digital. Esta compañía controla desde el hilo hasta la entrega del producto, con lo cual hay muchas industrias que toca y que tienen diferentes necesidades; la idea de Vertical Partners es entonces crear inversiones que ayudaran a transformarlas.
Con las cartas claras del mercado, los hermanos Abadi no buscaron el mercado élite ni de la gran moda femenina que imponía Leonisa. Lo suyo fue desde siempre hacer ropa interior de calidad y económica para apuntarle a la gran mayoría: mujeres trabajadoras, amas de casa, empleadas, estudiantes y adolescentes que buscan diseños modernos y fáciles de comprar.
De allí que su primera tienda, hace 15 años, no la abrieron en un centro comercial elegante sino en el popular barrio Toberín, en el norte de Bogotá. Es más, fue allí donde escogieron instalar sus oficinas comerciales, desde donde hacen las ventas a los 420 almacenes que hay en Colombia y los más de 50 que ya están puestos en el extranjero.
Según los diarios especializados en economía, Lili Pink tiene más de 2.000 empleados y reporta anualmente ventas superiores a los 250 mil millones de pesos, según los informes financieros de los últimos años. Aunque Leonisa factura casi el doble en ingresos operacionales por ventas a nivel global, Lili Pink es la empresa reina en el mercado interno y al detal. Las prendas que vende las fabrica en sus dos plantas de Colombia y otras tantas las mandan a confeccionar en China.
La nueva empresa de los Abadi logró éxito y se consolidó con velocidad. El buen diseño y calidad de sus cucos y brasieres y el estilo fresco de sus tiendas color rosa, donde vestirse bien, coquetas y sexys no desbarata la quincena, han sido los secretos para atrapar a las mujeres.