Hace un año Oswaldo Ortíz era un completo desconocido. Él es un abogado de 33 años, quien en cada una de sus intervenciones ha eludido, por motivos de seguridad, según él, dar datos sobre su vida. Dice que tiene varias hijas, nunca menciona cuántas, que es evangélico y que es un pastor digital. Su agenda lo tiene todo el tiempo ocupado entre Bogotá, Cartagena y Miami y, desde julio del 2016, su número de seguidores en Twitter pasó de 5 a 20 mil.
La publicación de las cartillas de convivencia, como parte de la política del Ministerio de Educación en tiempos de Gina Parody, prendió las alarmas entre las iglesias cristianas y sacó a la luz el poder de convocatoria de pastores como Oswaldo Ortiz y la diputada Ángela Hernández. Los dos se juntaron para filmar este vídeo en la Plaza de Bolívar de Bogotá, con el capitolio al frente, y para acusar al congreso de “poner en riesgo la heterosexualidad de nuestros hijos”. El vídeo, que lo convirtió en el pastor youtuber, se volvió viral y se convirtió en una pieza clave en la convocatoria a las marchas masivas contra las cartillas de convivencia que educaban en el respeto a la opción sexual desde la infancia en los colegios.
El gesto de imitación de comportamientos de amaneramiento de algunos homosexuales se volvió una constante en sus vídeos, lo usaba para burlarse de la comunidad LGBTI. Los trataba de “La Comu” con gestos exagerados en su tono de voz. Además, criticaba con fervor a los medios que, según él, habían caído en el juego de defenderlos. Ortíz se refiere al “lobby gay”, una suerte de infiltración de homosexuales en los centros de poder, especialmente en los de la información.
El pasado viernes santo el pastor youtuber visitó una vez más la Iglesia Ríos de Vida, del popular Miguel Arrázola en Cartagena. Los había unido la causa de las movilizaciones contra las cartillas de convivencia de la ministra Parody. Sin embargo, esta vez la cita era para una sesión de burla con la que buscaban minimizar los cuestionamientos públicos que había recibido el pastor Arrázola por sus lujos y excesos, incluido un viaje a París. Sobre todo, querían menospreciar el poder de los medios de comunicación. La gente, enfebrecida por la labia de Ortíz aplaudía a rabiar.
En cada entrevista ha dejado claro que él no es homófobo sino pro-heterosexual. Además, ha puesto de manifiesto que si alguna de sus hijas resulta ser homosexual, él la abrazaría todos los días y le diría que la ama. Tiene un poder de convocatoria inusitado para un pastor que no tiene iglesia. En su celular hay por lo menos 80 grupos de whatsApp, con 120 personas, todos están atentos a sus movimientos. Su alboroto, en días previos a la marcha lo puso en el escenario nacional y lo consolidó como pastor virtual.
En los últimos meses su nombre sigue sonando. Desde su canal en Youtube Súper OO sigue captando seguidores e invitando a gente muy cercana a él como el ex Procurador Alejandro Ordoñez, quien seguramente será su candidato presidencial.
Se cree víctima de lo que él considera la cristianofobia que sobreviene en el país. El rechazo descarado a toda tendencia cristiana encabezada por un presidente como Santos, quien no se ha ocupado de proteger a los padres heterosexuales. Su último escándalo fue contra la publicidad de Bancolombia, en donde se sugiere que una pareja del mismo sexo va a abrir una cuenta en el Banco. Desde la radio y sus redes sociales advirtió que, aunque no niega que las parejas homosexuales existan, no cree que constituyan una familia. Encabezó un pedido entre los clientes de Bancolombia para retirar sus cuentas de allí. Al parecer su iniciativa no dio ningún resultado, pero Oswaldo Ortiz sigue más belicoso que nunca burlándose, desde el púlpito de Arrázola y desde su tribuna en YouTube, de todos aquellos que se burlan de él