La expedición de licencias ambientales es una facultad de las autoridades ambientales que busca garantizar la protección del medio ambiente y los recursos naturales al momento de realizar algún tipo de explotación o proyecto en un medio natural.
Varias empresas mineras y petroleras se quejaron ya que algunas licencias se estaban demorando mucho tiempo en ser otorgadas perjudicando seriamente sus finanzas y proyectos, debido a esto el gobierno a través de un decreto estableció que este procedimiento debería ser oral.
La licencia ambiental pierde su filosofía y razón de ser, ya que su objetivo primordial es lograr determinar los efectos de un proyecto en un determinado ecosistema y para esto se debe contar con el tiempo necesario.
El gobierno vende una política de protección ambiental necesaria para estos tiempos donde el mundo sufre el cambio climático pero al mismo tiempo le otorga un comodín a las empresas mineras y petroleras a través de la agilización de las licencias ambientales.
Colombia es un país que tiene demasiados gastos, sobre en todo por el conflicto armado que es donde se va casi todo el presupuesto, se suma la corrupción y el bajo PIB que poseemos, todo esto conlleva a que los gobiernos de turno siempre se encuentren cortos de presupuesto.
Establecer una política de protección del medio ambiente es muy fácil pero alcanzar el objetivo es algo muy costoso, tanto así que el gobierno prefiere pasar de agache esa posesión presidencial con los Mamos en la Sierra Nevada, donde parecía ser el salvador de la naturaleza.
Es pura y física demagogia buscar proteger el medio ambiente y al mismo tiempo impulsar la locomotora minero energética.
Para nadie es un secreto que el dinero de regalías y las ayudas de estas empresas no sobran en estos tiempos donde el gasto público es tan alto, siendo estos recursos indispensables para el Estado.
Es una vergonzosa “leguleyada” la manera como se acelera el modo de expedir las licencias a través del Decreto 2041 de Diciembre de 2014, solo para ayudar y tener contentos a este sector de la economía.
Es triste ver como como se engaña a la opinión pública haciéndole creer que se protege el medio ambiente cuando en realidad la locomotora minero energética es indispensable para cubrir los gastos de este país y su burocracia.
La oralidad es un principio del sistema jurídico anglosajón o americano que se adoptó en Colombia para mejorar la administración de justicia buscando más eficiencia en el desarrollo de los procesos a través de audiencias públicas y orales donde todos los intervinientes del proceso participan activamente, ahorrando tiempo y gastos.
La licencia ambiental no es un proceso judicial, es un procedimiento administrativo por medio del cual una autoridad ambiental previo una serie de requisitos otorga un permiso ambiental a una empresa para la explotación de un recurso.
La naturaleza jurídica de este procedimiento administrativo está en el estudio de una serie de informes técnicos y científicos sobre las condiciones de un cierto territorio o ecosistema para su posible explotación.
Aplicar la oralidad a este procedimiento es hacer un injerto jurídico de tal modo que el mismo trámite de la licencia pierde su verdadera connotación, restándole idoneidad, prestigio y seguridad jurídica. Solo con el objetivo de hacerlo en menor tiempo, como si la oralidad fuera necesaria en este procedimiento, vulnerando los principios de legalidad y debido proceso.
El estudio de un terreno, territorio, ecosistema o comunidad donde se va a adelantar un proyecto, no es un procedimiento que se pueda reducir a una audiencia oral. Estos estudios requieren de tiempo y una buena investigación por parte de biólogos, geólogos, hidrólogos, ingenieros etc, que permitan establecer el daño ambiental que se ocasiona y la forma de mitigarlo.
La expedición de una licencia ambiental no es un asunto de economía o finanzas públicas, es un tema absolutamente ambiental ya que los daños al medio son prácticamente irreparables.
Yo no soy ambientalista, me declaro un analista de estos temas ya que un verdadero ambientalista es aquel que da la vida por un animal, o se aferra en cadenas a un árbol. Pero si es necesario que la sociedad comprenda la manera como los gobernantes manipulan la realidad para cumplir políticas de corto plazo.
En este caso no cabe duda que la falta de presupuesto y la incapacidad de administración del gobierno provoca que nuestras grandes riquezas naturales sean sacrificadas para sostener un Estado sin presupuesto.
