Me ha pasado ya varias veces, me subo a un taxi a las dos de la tarde y ahí están Hernán y De Francisco, hablando a veces de manera anárquica, como si no hubiera un guion. Hernán Peláez, más de cincuenta años en la radio colombiana y ahí sigue, en su trono de rey. Cuando le propuso a Martín tener un espacio en la W Radio quería hacerlo para distenderse un rato. Después de conseguirlo todo bien vale la pena experimentar un rato. Lo consiguió. En pocos meses y contra todo pronóstico, Peláez-De Francisco rivaliza con otras duplas como las del Pulso del Fútbol pero son más acartonados, más libres y pueden regalarnos, sin que nadie los llame a echarlos, críticas descarnadas contra el Ministro Carrasquilla o contra el mismísimo dueño de Colombia, Luis Carlos Sarmiento Angulo.
A veces parecen dos viejos jazzistas improvisando en una tarima, destruyendo la partitura. En medio de una conversación sobre Ermenegildo Segrera Martín puede pegar un alarido rotundo, hay gol en la Bundesliga. Cualquier cosa, no importa donde suceda, funciona para imprimirle otro ritmo al programa. Al principio molesta pero son maravillosos porque son ellos mismos.
A los 78 años Hernán Peláez, con su sabiduría, pudo equilibrar las tres cosas que le gustan más en la vida, conversar con amigos, el fútbol y la música. Su contraparte no es uno de los tradicionales -iba a escribir gamonales y viejos- comentaristas de fútbol sino uno de los hombres más polémicos, apasionantes y rebeldes de los medios colombianos, Martín de Francisco, el de Zarzal, el de los sinónimos, el Profesor Super-O, el Rey del Metal quien a los 54 años vuelve a ser uno de los rebeldes de la radio nacional. Después de algunas dudas a principio de año la locomotora marcha y de qué manera, embistiendo a rivales y haciendo explotar de risa a los taxistas colombianos.
Es que no les quepa duda, qué cuento de ECAR, la mejor manera para medir el rating es montarse en un taxi y pararle bolas a lo que está escuchando el conductor. Ellos de eso sí que saben