El primero en reaccionar al reconocimiento de las Farc, de haber sido los responsables del asesinato de Álvaro Gómez, fue el exconstituyente Álvaro Leyva, quien, con una carta conmovedora llegó hasta lo profundo de su relación familiar con el líder conservador asesinado el 2 de noviembre de 1.995. Sin embargo, el sentimiento de dolor que le generó este hecho lo llevó a insistir una vez más en la importancia de que el país conozca toda la verdad, por difícil que esta sea, para lo que propuso un movimiento nacional por la verdad.
Timochenko, quien fue el último comandante de la guerrilla de las Farc y ahora cabeza del partido, reaccionó a la carta de Leyva y le respondió también con una carta emocional de tres páginas, en la que le pide doble perdón, tanto por el crimen como por el silencio que lo acompañó por estos 25 años. Rodrigo Londoño deja conocer que se une al llamado de Leyva por la verdad para cerrar una página de la guerra.
La reacción de cinco de los congresistas más radicales del Centro Democrático, que también se expresó en una carta abierta a las Farc, fue más dura. Aunque coinciden con Leyva y Timochenko en la importancia de que el país conozca toda la verdad, aprovecharon la oportunidad para hacer un listado de crímenes pendientes adjudicados a las Farc de los cuales se necesita conocer las circunstancias que los rodearon.
La carta, firmada por los senadores María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Santiago Valencia, José Obdulio Gaviria y Alejandro Corrales, divide en cinco categorías los hechos por los que reclaman verdades: narcotráfico, política, víctimas, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad ocurridos desde 1986 hasta el 2012.