Leyendo el artículo de María del Rosario Guerr, senadora Partido Centro Democrático "La mejor defensa es la verdad” me llevó hacer la siguiente reflexión:
La libertad y no la familia es, después de la vida, el bien más preciado, no de la sociedad, de la humanidad y creo que de todos los seres vivos. Protegerla es proteger su futuro. Bajo esa premisa, la senadora María del Rosario Guerra debió proponerse llevar a cabo el debate de control político en la plenaria del Senado de la República.
Como madre de tres hijos y como ciudadana, la senadora María del Rosario Guerra también debe preguntarse ¿Por qué el gobierno quiere coartar el derecho de los padres a decidir la educación que quieren para sus hijos? ¿Por qué también no se pregunta sobre ¿Por qué el Ministerio de Educación se empeña en decidir o permite que la religión católica cristiana sea la orientación religiosa que debe darse en los colegios sin considerar lo que piensan padres y educadores? Y mejor aún, ¿por qué imponer a los menores una concepción religiosa en particular como el cristianismo católico, que respeto, pero no comparto?
Quienes constitucionalmente tenemos el derecho a ser librepensadores a no tener ningún credo religioso, estamos mamados de ver como en los colegios como a través de la materia de educación religiosa, se les impone a nuestros hijos un credo religioso en particular, sin importar que orientación religiosa tengan los niños o sus padres.
Quienes constitucionalmente tenemos el derecho a ser librepensadores y no tener ningún credo religioso, estamos mamados de ver cómo la gran mayoría de los decentes utilizan el tiempo que el estado les paga para la educación, en inculcar a los niños y niñas su credo religioso particular, antes durante y después de cada jornada educativa. Estamos mamados de ver cómo las personas, especialmente los niños, y los medios dan cuenta de los abusos de que son víctimas por parte de sacerdotes, pastores y demás líderes del cristianismo. Para la Senadora María del Rosario Guerra eso sí no es tema de conversación ni hay inconformismo en aeropuertos, plazas ni en reuniones privadas.
Ese, sin desconocer los demás, debió ser el principal inconformismo por el que la Senadora debió convocar acciones al Ministerio de Educación para cambiar manuales de convivencia en las escuelas, colegios e instituciones educativas condicionadas por un tema que es el que debería estar en contravía del proyecto educativo del colegio: la enseñanza de la educación religiosa.
Para ese tema, la Senadora María del Rosario Guerra Senadora Partido Centro Democrático no tiene respuesta rápida ni contundente, ni tampoco hace ningún tipo de protesta, ni sale a las calles para dejarle saber a la Ministra de Educación la preocupación por el inculcamineto religioso del que son víctimas nuestros hijos en las instituciones educativas, como tampoco tiene un reclamo legítimo de gran parte de la sociedad colombiana que cree en el respeto, y que no exige otra cosa que el mismo respeto por sus derechos, entre ellos el de definir cómo educar a sus hijos.
Tampoco la Senadora María del Rosario Guerra Senadora Partido Centro Democrático le interesa demostrar en un debate de control político cómo desde el Ministerio se le miente a las familias y al país sobre la libertad de culto ni tampoco le interesa expone las preocupaciones de quienes no tenemos credo religioso alguno y que no hemos tenido respuesta a nuestras preocupaciones.
Qué bueno sería que con el tema de la educación religiosa en los colegios, la Senadora María del Rosario Guerra también diga “Quieren robarle el alma a Colombia y pisotear la identidad de culto de establecida en la Constitución Política, pero no los dejaremos".