En el municipio de Zarzal, Valle del Cauca, se encuentra la fundación Juntos para Avanzar, que viene desarrollando una bonita labor de la mano del Museo Rayo. La iniciativa, que lleva como nombre ‘Leyendo ando por mi tierra dulce’, se lleva a cabo con niños de 6 a 12 años de edad en el barrio conocido popularmente como la Balastrera. Fui hasta el lugar y comencé una conversación con los pequeños que forman parte de este club de lectura, me le acerqué a Tomás López, un niño de 9 años, y Marisol Jaramillo, una niña con 7 años, para preguntarles por qué es gustaba ir a leer.
Ellos manifestaron que les gustaba ir al club porque en su barrio no tenían en qué entretenerse. Además, la realidad social del sector era otra, pues el ocio, el desocupe y otras situaciones no les permitía tener espacios para la ocupación del tiempo libre.
Comprender que los niños necesitan estos escenarios para construir un mundo mejor es tarea de todos; nos es fácil, en medio de una sociedad donde los valores cívicos y culturales se han ido acabando paulatinamente por la falta de escenarios de construcción ciudadana, el fomento al arte y la enseñanza por medio de procesos como el que viene realizando esta fundación. Y en articulación con el Museo Rayo nos hace entender que juntos podemos avanzar en pro de proyectos que recuperen el civismo y el amor por la lectura.
Los sueños de estos pequeños plasmados en dibujos después de leer cada historia se ven reflejados en sus ojos y en lo que pueden contar por medio del lenguaje. Aplaudimos con entusiasmo cada acción que se haga a favor de niños y jóvenes y más en sectores vulnerables donde se necesita transformar las realidades sociales de pequeños que quieren construir un mundo mejor a través del arte.