En días pasados, el presidente Iván Duque y Alberto Carrasquilla, su ministro de Hacienda, presentaron ante el Congreso de la República la Ley de Financiamiento, que bien podría llamarse reforma tributaria, puesto que en esencia, y entre otras cosas, se basa en subirle los impuestos a unos a través del IVA y bajárselos a otros por medio del impuesto de renta y así tapar el hueco fiscal del próximo año.
Además, la nueva reforma tributaria estipula una reducción del IVA del 19 al 18 %, ampliando la cobertura al 80 % de los productos de la canasta familiar. Así las cosas, productos que antes no tenían IVA —como el arroz, pan, leche, huevos, carne de cerdo, pollo, pescado, panela, sal, papas, tomate, cebolla, ajos, lechuga, zanahoria, yuca, banano, café, trigo, cebada, avena, maíz, libros, textos escolares, entre otros— ahora lo tendrán.
Dicen distintos economistas a nivel nacional que la clase media y baja serán directamente afectadas con este reforma, es decir, lo más pobres de Colombia, ya que por medio del IVA esperan recaudar algo más de 12 billones de pesos, mientras que al mismo tiempo reducirán en más de 10 billones los impuestos a grandes empresas multinacionales. Esto se convierte en un grave atentado al consumo de los hogares colombianos y, en últimas, al progreso de la nación. En este orden de ideas, se puede concluir que Villamaría será un municipio gravemente afectado por la reforma tributaria de Duque y Carrasquilla por las siguientes razones:
1) El eje central de la economía villamariana es el comercio y, dentro de este, la venta en tiendas y supermercados de los productos de la canasta familiar.
2) Teniendo en cuenta que la Ley de Financiamiento reducirá el consumo y la capacidad de compra de los hogares, se deduce que la compra de los ciudadanos y la venta en los negocios también se vendrá a la baja.
3) Al verse afectado el principal motor de la economía municipal, el desarrollo de Villamaría se verá más estancado de lo normal.
Según los libros de economía, el sector que genera mayores riquezas a los entes territoriales es el agro y la industria. Es bien sabido por todos que dichos sectores se han diezmado notablemente a nivel nacional e indudablemente en el departamento de Caldas y Villamaría, que vio cerrar importantes empresas como Colbateco S.A., Trefilados, Esmaltados la Montaña, Coveta, Gases de Caldas, entre otras. Según datos del Censo Empresarial de Villamaría, entre los años 2010 y 2016 el número de establecimientos abiertos al público se redujo en 8.1%. Se puede decir, entonces, que la creación de estos podría ser baja o nula, pero, caso contrario, Villamaría registra las mayores proporciones de establecimientos de comercio recién creados en toda la subregión centro sur del departamento, ya que más de la mitad tienen menos de cinco años de haberse abierto al público, clara evidencia de lo fluctuante que puede llegar a ser el sector y de las dificultades que existen para lograr consolidar y estabilizar un negocio. De ser aprobada la reforma tributaria estarían dándonos una certera estocada de muerte y poniendo el futuro de la economía municipal en vilo.
Es necesario que el gobierno nacional entre en razón, encuentre distintas fuentes de financiamiento y no busque la plata en los bolsillos de quienes hoy tienen muy poco o no tienen nada. A la par, la sociedad colombiana debe conocer a profundidad el debate económico en torno a la reforma, organizar discusiones y debates que permitan comprender la realidad económica del país y movilizarse pacíficamente ante este adefesio de proyecto.
