En el país del bochinche y el ruido mediático usado solamente para polarizar, “gana” el que más grite y más manotee, eso se lo ha ganado a pulso Levy.
Primero nos dejó claro que dizque es de izquierda porque tiene orígenes humildes, —¿entonces los mamertos estratos 5, y los de derecha estrato 3 no caben en su narrativa?— parece entonces que en su barriada aprendió los madrazos, pero no el contexto o historia de nada de la izquierda a la cual cree pertenecer.
Al caleño le sobra calle y todo eso que le sobra, le falta en igual cantidad en academia. No digo que se gaste 5 años estudiando sociología, suficiente con que coja, se lea, y lo más importante, que comprenda los libros “la violencia en Colombia, historia de un proceso social” de Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña, alguno de Alfredo Molano y si le queda tiempo, historia de Colombia y sus oligarquías de Antonio Caballero (viene con caricaturas dibujadas por el mismo autor, por si se aburre).
Lo más irónico es que Levy y Vicky Dávila se parecen en que viven (o aparentan), estar molestos todo el tiempo por las injusticias que ven cada uno desde su orilla, ella como enjaretada escribiendo tuits contra Petro y Levy gritando mientras tuitea (usa el signo de exclamación todo el tiempo para enfatizar el madrazo). Y los dos son es a ver a cuantos más les transmite su indignación.
Pero ninguno va a lograr nada de eso más allá de emberracar a sus huestes, nadie va a cambiar de bando político porque el “peinó” a alguien o viceversa. Es una competencia de peinados, a eso se reduce todo el bochinche, y los comentarios de cada uno son, un perfil de algún militar retirado:
"Doctora Vicky, muy bien, así toca con esos zarrapastrosos, duro con ellos cuente con mi voto, y los (as) del caleño, una joven con capul morado y tatuajes, el parcero Levy peinando con factos (¿?), duro con ellos." Qué cosa tan triste y boba.
Si Dávila desaparece de Twitter, Levy se queda sin el 50% de tema para sus videos, es una dependencia autoimpuesta él solito se metió en ese dilema, entonces un consejo gratis: cambie un poco las reglas de ese juego, métale contexto a la narrativa, la violencia no empezó con Uribe y el primer oligarca “cachaco divinamente, ala caray” no fue Juanma Santos, quítese ese cortoplacismo mental, enriquezca esos videos suyos que son iguales uno tras otro.
Si usted estudia, les transmite ese conocimiento a sus seguidores y de carambola tal vez se dé cuenta de dos cosas, primero, qué está viviendo en tierra de cachacos y no en puerto rellena aún y segundo, que Bogotá es la cuna de la civilización el resto es tierra caliente, malagradecido.
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