Hay que aceptarlo: si hoy existe alguien que figura en las nauseabundas letrinas de las redes sociales es él.
Este remedo de Martín de Francisco, después de ser un cero a la izquierda entrevistando y burlándose de incautos y desprevenidos transeúntes caleños, buscó y buscó un blanco trillado y obvio para atacar y hacerse notar hasta que lo encontró: Álvaro Uribe Vélez.
Sus publicaciones monotemáticas, junto con su pinta de hípster provinciano y su discursito chocarrero y maniqueísta contra la también maniqueísta extrema derecha colombiana, cautivaron a las furibundas barras bravas de la izquierda de este país.
Y es que para nadie es un secreto que Levy Rincón, con sus fastidiosas y predecibles peroratas, ha hecho cierta mella en el bando del Centro Democrático, cosa que celebra sin miramientos el bando de la Colombia Humana.
Hoy Levy Rincón goza de popularidad y de miles de seguidores en el mundo virtual, al punto de que en sus programas ha llegado a tener de panelistas a los senadores Gustavo Petro y Gustavo Bolívar y actores como el Flaco Solórzano y Julián Román.
Por otro lado, creo que Levy Rincón tiene más desgracia que gracia. Por más que él se esfuerce y quiera posar de insolente o iconoclasta, no es más que un papanatas zalamero con afán protagónico.
Para la muestra, hasta hace unos meses tenía en un pedestal a la escritora Carolina Sanín con estos patéticos trinos: " Estoy enamorado de usted", " Hola, Carolina, sepa que la amo. ¡Hoy por fin me pillo Litigante! ¡Que océano de nervios!" y, el peor de todos, "Estoy en Bogotá y quisiera sacarme una foto con vos antes de que me maten o me vaya del país. Por cuestiones de tiempo no pude traer los libros para las respectivas firmas. ¡Perdón el fanatismo!".
Sin embargo, al día de hoy, no sé por qué, ni me interesa, Levy Rincón ya no piensa ni escribe igual sobre la escritora: "Ninguna mujer pobre de Colombia se defiende del machismo usando como base el feminismo que pregona Carolina Sanín. ¿Saben por qué? Porque su feminismo pop solo sirve para vender libros de mierda a un nicho de blanquitas estrato 6 que desprecian la pobreza y la usan como pose".
Por todo esto, y tal vez por la envidia que me carcome por dentro por ser un don nadie, creo que no existe en Colombia un influenciador más majadero y patético que el señor Levy Rincón.