¿Tiene usted hijas, sobrinas, nietas, vecinas o amiguitas niñas? ¿Fue usted una niña? Entonces: ¡Levante la mano por las niñas del mundo!
¿Ninguna de las anteriores? Entonces, también, ¡levante la mano!
Desde el 2011, Naciones Unidas declaró el 11 de octubre como Día Internacional de las Niñas. Con el desprestigio actual de las Naciones Unidas, casi a nadie le importan ya sus declaraciones y manifiestos.
Sin embargo, este llamado tiene especial significado, porque surgió como una importante iniciativa de la sociedad civil, concretamente de la Fundación Plan Internacional en los setenta países en los que hace presencia, y pone en primer plano, realidades insoslayables.
“Por ser niña”, es el Informe Mundial con el que plan logró que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobara el Día Internacional de las niñas. Vean las escalofriantes evidencias que presenta:
Supervivencia
- Las niñas son discriminadas antes de nacer. Se estima que 100 millones de niñas desaparecen como consecuencia de la práctica del feticidio o aborto selectivo. En muchas culturas, al tener que pagar dote por las hijas mujeres, las familias prefieren abortarlas.
- 10,5 millones de niños mueren antes de cumplir los cinco años de edad cada año. Hay evidencia de que en el mundo en desarrollo, mueren más niñas que niños.
- Las niñas reciben menos alimentos y de menor calidad que los niños. Se estima que 450 millones de mujeres adultas en los países “en desarrollo” padecen de atrofias (falta de desarrollo de cualquier parte del cuerpo) como resultado de la desnutrición de proteínas y energía durante su infancia.
Vida familiar
- Millones de niñas están sujetas al matrimonio precoz y forzado. El 60% de las niñas entre 15 y 19 años en la región del sub-Sahara de África y algunas regiones de Asia, están casadas.
- Se estima que cerca de 140 millones de niñas y mujeres en todo el mundo han sufrido la mutilación de genitales, y adicionalmente 2 millones de niñas han pasado por este procedimiento cada año. (También en Colombia, algunas etnias indígenas la practican)
Educación
- 65 millones de niñas en edad escolar no asisten a la escuela. Este número es mayor al de todas las niñas de América del Norte y Europa juntas.
- Las niñas no se quedan en la escuela si están sujetas al abuso y la violencia, y a la falta de instalaciones sanitarias adecuadas.
- A pesar del progreso alcanzado en muchos países por las niñas en el acceso a la educación y en su desempeño escolar, las mujeres reciben menor remuneración que los hombres por trabajos similares y tienen más probabilidades de conseguir empleos con menor remuneración.
Salud
- Las enfermedades relacionadas con el embarazo son una causa importante de muerte de mujeres jóvenes entre 15 y 19 años en todo el mundo.
- No hay programas de salud pública dirigidos a las niñas, a menos que sean madres.
Trabajo
- El 90% de menores de edad que trabajan en empleos domésticos, son niñas entre los 12 y 17 años, y están en riesgo de explotación sexual y económica, violencia y abuso.
Las niñas en circunstancias excepcionalmente difíciles
- Entre el 20 y el 50% de niñas con discapacidades han experimentado violencia por parte de al menos un miembro de la familia.
- Las niñas de grupos indígenas o minoritarios y las niñas con discapacidades son particularmente vulnerables a la violencia y al abuso.
En Colombia los principales obstáculos que enfrentan las niñas son las violencias, sobre todo las sexuales y los embarazos adolescentes.
- El 78% de los casos de abuso sexual que son denunciados en Colombia se presentan en niñas y adolescentes. Adicionalmente el 54% de los casos de violencia contra niños, niñas y adolescentes, se presentan en niñas entre 1 y 17 años.
- El embarazo adolescente es una barrera para acceder a otros derechos y horizontes: El 19,5% de las adolescentes entre los 15 y los 19 años ha sido madre o está embarazada.
- La madres adolescentes tienden a tener, cuando son adultas, aproximadamente cuatro años menos de educación frente a las mujeres en otra condición.
- Aunque las niñas son mayoría en la matrícula y tienen mejor rendimiento académico que los niños en muchas regiones del país, enfrentan la deserción por ocuparse de la crianza de sus hermanos, por ayudar a sus madres en el trabajo doméstico remunerado y no remunerado.
Ni en las agendas de los movimientos por los derechos de la infancia ni en los movimientos de las mujeres se ha hecho el énfasis suficiente en la importancia de las niñas, a pesar de que las niñas son un gran porcentaje de la población humana en el planeta. De manera que nuestra suerte como humanidad está ligada a la manera como tratemos a nuestras niñas, que representan un potencial incuestionable para el mundo.
En algunos discursos ha circulado el argumento económico de la conveniencia de invertir en la educación de las niñas, pues cada peso invertido se multiplica a futuro, cuando las niñas sean mujeres con mejores posibilidades para ser mano de obra cualificada y barata. Se dice que el Producto Interno Bruto, PIB, de Colombia se transformaría totalmente si las mujeres jóvenes tuvieran la oportunidad de participar más activamente en el mundo laboral.
No comparto este enfoque economicista, pero sí sus efectos. Creo que mejorar la calidad de vida de las niñas es un asunto de justicia, de construir las condiciones para su felicidad, que será la posibilidad de tener un planeta más feliz, armónico y equitativo. Así que “Levanto mi mano” por las niñas del mundo y el 11 de octubre me reúno con ellas a escuchar sus clamores y propuestas para mejorar la vida. ¡Levántela usted también!
