Ayúdanos a entender que pensar diferente no es polarización.
Permítenos comprender que comunicar no es lo mismo que radicalizar.
Perdona la ceguera de quienes no olvidan las muertes del pasado y creen que la justicia es lo mismo que la venganza.
Déjanos manifestar que la defensa de la vida de unos no significa la validación de la muerte de otros.
Orienta nuestros corazones para que nuestras ideas no estén cargadas de odio disfrazado de reivindicaciones.
Tolera nuestras intenciones por racionalizar, sin que nuestro razonamiento se confunda con tibieza.
Muéstranos el camino para lograr la representación legítima y justa de aquellos que no quieren, pero requieren, ser representados.
Ilumínanos para que la razón prime sobre el fanatismo y para que la compasión prime sobre la razón.
Fortalece nuestras capacidades para luchar contra la desigualdad, incluso a favor de aquellos que no la reconocen.
Ayúdanos a llevar amor, sin validar las injusticias que generaron el odio y sin aceptar la inequidad cómoda para algunos.
Escuda la libertad de expresión y no permitas que el mensaje de paz se convierta en la violencia que justifique más violencia.
Despierta nuestros corazones y nuestras mentes para entender que estar bajo el mismo cielo no nos hace solamente compatriotas sino también humanos.