En Colombia, como en muchos países de Latinoamérica, las dinastías de actores se toman la pantalla; los Orozco no fueron la excepción. Luis Fernando Orozco fue uno de los talentos más importantes de la televisión de los años 80, su hija mayor Ana María se volvió famosa mundialmente desde 1999 gracias a su interpretación de Beatriz Pinzón Solano, en una de las novelas más importantes de la televisión colombiana: Yo soy Betty, la fea. El éxito de esta novela terminó empañando una carrera que hasta el momento era exitosa, la fama excesiva la obligó a trasladarse a Argentina en donde vive hace 20 años. Sin embargo, la menor de las Orozco es tal vez la más popular de todas, sobre todo si tienes más de 35 años. A pesar de sus inicios en Oki Doki, los colombianos se enamoraron de Verónica Orozco en Francisco el matemático y las nuevas generaciones la recuerdan por su protagónico en una de las primeras novelas de médicos en el país: A Corazón Abierto.
Si hubo un año glorioso para Verónica Orozco fue el 2007 cuando se casó con el terrible de los medios en Colombia, Martín de Francisco y se consolidaron como una de las parejas más extrañas que se han visto en la farándula nacional. Ese mismo año se graduó de rockera, rompedora de esquemas con la canción Las Bragas, con la que lanzó un disco completo y hasta hizo una gira por todo el país. Sin embargo, ese éxito le pudo jugar en contra, era mal visto que una mujer abordara su sexualidad además del desparpajo y la sinceridad que tuvo Orozco, por eso tal vez de un tiempo para otro su nombre no tiene la repercusión que tuvo en el momento que fue la protagonista de Soñar no cuesta nada un éxito de taquilla por la que muchos pagaron la boleta solo para verla en una pantalla grande y convertida en una gigante de cuatro metros. 16 años después la actriz regresa al Teatro Nacional para cantar nuevamente en Mujeres a la plancha, y recordó aquellas épocas gloriosas en esta entrevista:
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