Lo que mas angustia es que después de tanto pánico, cuidado y sacrificio, la humanidad no aprenderá. No cambiará.
Este susto que tendremos los sobrevivientes será pasajero. La avaricia y miseria de las élites gobernantes seguirá agotando los recursos económicos y naturales; contaminando y cambiando agua, calidad de vida y aire, todo por dinero y bienes. Como si estos se pudieran tomar, comer 0 respirar.
La sociedad consumista actual no parará de satisfacer su insaciable voracidad. Todos desean lucir lo último, lo mejor: celular, auto, ropas de marca, etc.
El mercado de los autos (toneladas de hierro, minerales y plástico), llenos de lujos innecesarios para atrapar incautos, seguirá igual. Y la mayoría de superfluos seguirán tomando costosos créditos para adquirir un vehículo que apenas abandona el concesionario pierde hasta un 30 % de su valor. Y seguirá depreciándose hasta alcanzar un precio tal que jamás podrá ser comparado con la absurda cifra que se paga inicialmente por adquirirlo.
La vanidad ha esclavizado a las personas. Trabajan en extensos horarios para poder tener y adquirir siempre lo mejor. Para dar "lo mejor" a sus familias.
Privando a hijos, padres, esposos y familias de lo realmente importante. TIEMPO. Tiempo que desperdician y despilfarran en extensas jornadas laborales.
Ya no hay tope, ni límites. Nunca están conformes ni satisfechos. Siempre quieren más, de todo y de la mejor marca.
Vendrán tiempos difíciles. La muerte a todos —como siempre ha sucedido— nos tratará por igual. Y después que esta se decante, que muestre lo que dejó, vendrá el declive económico. Sólo algunas empresas, comercios y negocios soportarán tantos días de cierre. Habrá desempleo, y la maldita corrupción con la que TODAS las ideologías (disfrazadas de política) han tratado los bienes y recursos de nuestra rica nación, nos mostrará su peor rostro: seguirán robando en pandemia.
Ojalá me equivoque y si aprendamos.