La fuente de esta nota es el programa los informantes del domingo 20 de agosto de 2022. Cualquier persona preocupada por los grandes males que ha causado a Colombia el narcotráfico se sorprendió cuando los pobladores de este municipio expresaron su pensamiento respecto a la equivocación que muchos inteligentes de este país no han podido ver ni analizar, para habernos evitado tanta confusión y males sociales que causaron millones de muertos en Colombia y el mundo.
Gobernantes, congresistas y Fuerzas Armadas defienden a capa y espada el hecho de que hay que combatir este flagelo con balas, despliegue de erradicadores manuales, fumigaciones y cuanta falacia inexistente se inventan para seguir gastando dinero, que seguramente les deja comisiones personales para hacer creer que solo con violencia se acaban los problemas. Lo único que hemos conseguido es llenar los cementerios de muertes incontables.
Hoy los más perjudicados son los jóvenes y niños utilizados para vender en cualquier rincón del planeta un polvo producto de la hoja de coca mezclada con químicos que envenenan a la población que cae en los vicios que no debieran existir.
Para conocimiento de muchos que a lo mejor no vieron esta información, Lerma es un municipio ubicado al sur del Cauca. Una profesora, Dora Troyano del Sena, dirige el proyecto “Coca para la paz”. Es quizás la solución para que quienes se han dedicado a ser esclavos de los actores armados que doblegan a muchas personas se olviden de continuar dejándose humillar por los narcotraficantes, que incluso están camuflados como gobernantes que venden el resultado de fabricar la droga maldita.
Treinta y cinco familias se unieron contra los narcotraficantes y ahora fabrican alimentos, abonos y muchos beneficios económicos que al parecer está produciendo la harina de coca que les deja más economía y bienestar. Hasta los periodistas desayunaron con ensalada de coca, y no se les durmió la lengua como muchos quieren hacer creer.
Por veinte años las personas que hoy son ejemplo han expuesto sus vidas explicando que la coca no es mala y es una rutina ancestral que fue convertida en una forma ilegal de hacer dinero; la equivocación ha producido muertes, desorden, incluso daños al medio ambiente por sembrar coca para sacar pasta revuelta con químicos que matan.
Seguramente la experiencia de los pobladores de Lerma Cauca se puede llevar a todos los rincones de Colombia y, por qué no decirlo podría, acabar con tanta hambruna y desnutrición que existe hasta en África.
No fueron veinte años perdidos porque los frutos se están viendo para bien de los colombianos. Hoy está en manos del Sena que apoyado por el gobierno puede agilizar los procesos de la experiencia de los habitantes de Lerma; al parecer el cultivo de coca es rápido y, como tal, rápido puede ser el cambio si se desea.
¿Será que la coca que nos ha dejado tanta muerte nos puede traer otra fuente agrícola más poderosa que el café? ¿Podremos convertirnos en potencia mundial agrícola por la hoja de coca?