Desde la cima de una camioneta que oficiaba de tarima improvisada, Leopoldo López en dúo con el presidente interino Juan Guaidó, animaba a las multitudes de la caraqueña plaza Altamira. En la madrugada de ese martes, había sido liberado durante la llamada Operación Libertad. Era el espectacular regreso del líder condenado a más de trece años de prisión, que tendrá un rol destacado a la hora de marcar el rumbo de la oposición en el momento más crítico de Venezuela en lo que va de siglo.
Cinco años atrás, el 18 de febrero del 2014, en las mismas calles de Caracas, y en medio de otra abigarrada multitud López se había entregado a las autoridades. Llevaba entonces la camiseta que encontró en el clóset del amigo que lo hospedó para eludir el cerco policial antes de su prevista entrega. El amigo era maratonista y la camisa decía “El que se cansa pierde”. Desde ese día, este ha sido su mantra.
El día que Leopoldo se entregó llevaba esta camiseta con un mensaje que ha sido su mantra
48 años cumplió el día anterior a su liberación, el 29 de abril, de ellos cinco en prisión tras ser condenado por incitación a la violencia durante las protestas para pedir la renuncia del presidente Nicolás Maduro, que dejaron 43 muertos entre febrero y mayo de ese 2014. En Ramo Verde y en su casa por cárcel se convirtió en un destacado preso político: por su libertad abogaron Merkel, Macron, Theresa May, Trudeau, Obama y Trump, observadores internacionales, presidentes latinoamericanos, y varias ONG como Amnistía Internacional. Al terminar la confusa jornada del martes, fue huésped de la Embajada de Chile y hoy lo es de la Embajada de España, con su esposa Lilian Tintori y su hija mayor. El presidente Pedro Sánchez quedó, entonces, en un predicamento, en caso de recibir solicitud de asilo.
Leopoldo López es hoy el rostro de la oposición, un papel que siempre ha buscado desempeñar, aunque el camino no haya estado exento de tropiezos. Al despuntar este siglo, se unió con otros jóvenes para enfrentarse a Hugo Chávez Frías, creando un partido de centro llamado Primero Justicia en el que se congregaban nombres tan reconocidos como Enrique Capriles o Julio Borges, irrumpiendo con fuerza como una nueva alternativa política.
Acababa de llegar de Estados Unidos de complementar su carrera de Economía con una licenciatura en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, y una maestría en Políticas Públicas en Harvard. Algunos sostienen que fue criado para llegar al poder, que no le es desconocido porque es bisnieto del primer presidente de Venezuela, Cristóbal Mendoza.
La elección como alcalde de Chacao, un municipio del área metropolitana de Caracas, de clase media alta, fue clave en su carrera política. En este bastión de la oposición ganó popularidad, dentro y fuera del país, sus logros fueron amplificados, la reelección lo apuntaló. Dentro del partido las cosas eran a otro precio. Su ambición que todos conocen, y la rebeldía que también conocen, terminó por propiciar la ruptura con Julio Borges y salida de PJ. De Un Nuevo Tiempo, saldría posteriormente por causas parecidas.
Leopoldo López ha sido la cara de la oposiciòn. Foto: Twitter/Leopoldo Lòpez
Pero el político no se cansa. Y para ese entonces era evidente el vacío por llenar con diez años de Hugo Chávez en el poder, y la posición cruzando un desierto sin fin. Leopoldo - como se le dice simplemente en Venezuela-, encontró el momento para una nueva aventura llamada Voluntad Popular. Una camada de líderes sociales y sindicales, estudiantes y profesionales estaba irrumpiendo con una fuerte carga contra el chavismo, y aunque él ya era reconocido opositor tuvo que hacer algo más que un guiño para unirlos en torno a su proyecto socialdemócrata. Pero lo logró. De allí salieron los ya muy conocidos Freddy Guevara, vicepresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela que lleva un año asilado en la Embajada de Chile, David Smolansky, diputado exiliado en Estados Unidos desde el 2017, o el también diputado Juan Andrés Mejía. La posición de centro izquierda fue ratificada con el ingreso de Voluntad Popular el 13 de diciembre de 2014 como miembro pleno de la Internacional Socialista, que aún preside George Papandreou.
El líder opositor es hijo de Leopoldo López Gil y Antonieta Mendoza quien pertenece a una familia de tradición en Venezuela, viven actualmente en Madrid y llegaron como exiliados, pero Mariano Rajoy les otorgó la ciudadanía española. Él es ahora candidato por el Partido Popular al Parlamento Europeo en la casilla 12 que dejó libre Miguel Ángel Garrido cuando sorpresivamente se pasó a Ciudadanos. Su esposa Lilian Tintori, tiene una alta recordación mediática porque de ser una atractiva participante del reality Sobrevivientes se echó al hombro la causa de la liberación de su marido.
Lilian Tintori en su casa allanada esta semana. Foto: Twitter /Lilian Tintori (captura de video)
La muerte de Hugo Chávez sería el punto de quiebre más dramático de la política venezolana. Tras unas elecciones que el líder del Socialismo del siglo XXI ganó cómodamente con 10 puntos de diferencia a Henrique Capriles -apoyado por Leopoldo-, su fallecimiento hizo que se realizaran unos segundos comicios que dejaron victorioso a Nicolás Maduro por un punto. López no reconoció los resultados y llamó a las manifestaciones que tuvieron su punto álgido en los primeros meses del 2014, en lo que se llamó “la salida” de Maduro, en compañía de María Corina Machado y Antonio Ledezma, alcalde de Caracas. El final fue una orden de captura en su contra que convirtió en una mediática entrega, el juicio y la durísima condena a cerca de 14 años de prisión. Dos años pasó en Ramo Verde en medio de denuncias de malos tratos, y quizá el más recordado sea el hecho de haber hecho desnudar a su madre y a su esposa delante de sus pequeños hijos para ser requisadas un día de visita.
Leopoldo siempre ha sido el líder contra el que se estrella el chavismo que ha buscado quebrarlo en las plazas públicas, o tras los escritorios: fue acusado de haber apoyado el intento del golpe de Estado contra Chávez en el 2002, en el 2006 la justicia lo acusó de pagar los gastos municipales con una partida incorrecta de su presupuesto y le inhabilitó hasta 2014. Ese año lo mandó a la cárcel. Hoy vuelve a dictarle orden de captura.
Leopoldo López con su pupilo, el presidente interino Juan Guaidó en la PLaza Altamira. Foto:Twitter/ Voluntad Popular
Sus seguidores reconocen al líder, pocos dudan de su carisma. Pero señalan una ambición desmedida a la que achacan la dificultad para lograr consensos entre las variopintas fuerzas de oposición. Es el mentor político de Juan Guaidó, y el hombre detrás del presidente interino que ha tomado las banderas de la oposición que antes daba bandazos, fragmentada y errática, quien propició el regreso del preso político más famoso de Venezuela. Con anteojos, chaqueta deportiva, Leopoldo López ha regresado, no lleva la camiseta de “El que se cansa pierde” pero no parece estar dispuesto a hacerlo.