Leonor Zalabata llegó de lo alto de la Sierra Nevada a la Plaza de Bolívar a con un propósito: ser la voz de su pueblo arhuaco en la Asamblea Nacional Constituyente. No había cumplido 30 años. De la mano del indígena caucano Lorenzo Muelas tuvo asiento en las mesas de trabajo nacional para los derechos indígenas. Estaba en pleno estreno cuando recibió un duro golpe: su tutor Luis Napoleón Torres era secuestrado y a los pocos días llegó la noticia: había sido asesinado, su cuerpo solo fue encontrado en Bosconia (Cesar).
Leonor siguió adelante y se recuerda la marcha que encabezó en 1996, protesta que terminó en la toma de la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia que duró un mes. La presión que generaron logró su cometido: el Gobierno nacional accedió a instalar una mesa de concertación para tratar los temas indígenas y, de paso, crear oficinas de vigilancia para monitorear el cumplimiento de dichos acuerdos.
Ya para 1999, en el contexto de los diálogos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Farc-EP, Zalabata estuvo presente y fue protagonista activa, pues era el escenario perfecto para pedirle a la guerrilla que parara los ataques contra su comunidad, lo que al final logró conseguir.
Pero solo por un tiempo. Con la llegada de Álvaro Uribe en 2022, las tensiones entre el grupo insurgente y los arhuacos regresaron. Los diálogos que se adelantaban entre las dos partes fueron afectados por la instrucción que el presidente Uribe había dado sobre contactos con la guerrilla: nadie de la sociedad civil —sin permiso del gobierno— podía negociar con la insurgencia.
No obstante, la urgencia era otra, y aun así Leonor Zalabata negoció con fuerzas legales y con paramilitares con el fin de que estos actores de la guerra reconocieran y respetaran la autonomía de su comunidad sobre la jurisdicción de la Sierra. La lucha de Zalabata nunca se aparató de lo medioambiental. En ese sentido, la nueva embajadora nombrada por Gustavo Petro ha sido también delegada de los grupos indígenas las COP del Convenio de Diversidad Biológica.
Hace unos meses, en el cierre de campaña el entonces candidato del Pacto Histórico Gustavo Petro cerró sus correrías con una visita a la Sierra Nevada. Allí estuvo Leonor. Como líder impuso sus manos sobre el hoy presidente, limpiando unas energías para asegurar una presidencia que hoy es realidad.
Ahora el reto de la recién nombrada es de mayor escala y es una oportunidad de amplificar la lucha de los grupos y pueblos indígenas en el marco de discusiones globales. El 7 de agosto, una de las lideresas con más tenacidad de la Sierra Nevada de Santa Marta será el canal directo con la ONU. La nueva embajadora del gobierno de Petro se refería así al papel de la mujer y su relación con el medioambiente. (Cortesía de France24).
Desde 1991, cuando hizo parte de la Asamblea Nacional Constituyente, Zalabata inició formalmente su liderazgo indígena
Hace unos meses, en el cierre de campaña el entonces candidato del Pacto Histórico Gustavo Petro cerró sus correrías con una visita a la Sierra Nevada. Allí estuvo Leonor. Como líder impuso sus manos sobre el hoy presidente, limpiando unas energías para asegurar una presidencia que hoy es realidad.
Ahora el reto de la recién nombrada es de mayor escala y es una oportunidad de amplificar la lucha de los grupos y pueblos indígenas en el marco de discusiones globales. El 7 de agosto, una de las lideresas con más tenacidad de la Sierra Nevada de Santa Marta será el canal directo con el organismo más influyente en Occidente, la ONU.
La nueva embajadora del gobierno de Petro se refería así al papel de la mujer y su relación con el medioambiente. (Cortesía de France24).