Para seguir con nuestro personaje en la segunda entrega de esta columna recordamos que habíamos anunciado los cuatro hitos capitales de la vida musical de Leonardo Gamarra Romero, y decíamos que en los años 80 ya su fama de compositor destacado era un hecho reconocido en la región y que sus composiciones habían empezado a ser recurridas en los repertorios bandísticos de esa comarca.
Uno
Así entonces, en 1993 la alcaldía de Sincé publicó un larga duración conmemorativo, titulado Soy Sinceano, grabado por la Banda Juvenil de Chochó, dirigida por el trompetista Armando Contreras, que contenía diez temas: en el lado A, cuatro de Fernando Iriarte, y un tema de Leonardo Gamarra; y en el lado B, cuatro temas de Gamarra y un tema de Iriarte. El disco fue grabado en Barranquilla en los estudios de Felito Records y a este servidor le tocó en suerte escribir para el disco las reseñas de mi padre, de Leonardo y de Contreras. En ese momento ya yo tenía perfectamente claro qué era lo que iba a distinguir el estilo personal del maestro Gamarra. Escribí entonces: “…Es uno de los compositores más destacados de la región, pero lamentablemente no ha tenido la debida difusión. Es también un creador versátil, enfrenta lo romántico y lo folclórico con gran propiedad, demostrando su gran talento para crear melodías frescas y originales, y por un sobresaliente don de letrista con ingenio y sentido”. Y remataba destacando de él dos de los temas del disco que vendrían a ser emblemáticos del porro cantado: El Centauro y Con la garrocha en la mano.
El disco serviría para difundir el conocimiento que de él se tenía en ámbitos más amplios de la región y para convertir en nuevos referentes del porro cantado los temas antes mencionados, además de los titulados De pura cepa y El barroso pineano.
Dos
Tal sería el impacto, reconocimiento y valoración de esos trabajos, y de la intensa labor creativa y compositiva del maestro Gamarra en esos años que en 2004 ocurriría en consecuencia un verdadero acontecimiento musical. Los maestros Carlos Piña, José Ricardo “Mañungo”, Ramón Benítez y Victoriano Valencia, acaso cuatro de los más grandes de nuestra música del Caribe, se repartirían para arreglar y producir e interpretar trece temas del maestro Gamarra reunidos en un CD bajo el título de Proyecto Alfa (a mi juicio un título inapropiado porque no decía nada ni del compositor ni de su música) pero, como ya lo he dicho, 18 años después sigo considerándolo uno de los mejores discos de nuestra música popular del Caribe colombiano. Es una producción en donde resultan nítidas todas las virtudes de sus letras y sus melodías, y de sus ideas arreglísticas (aún sin saber solfeo ni conocer teoría musical) magníficamente entendida y realizada por cada uno de los arreglistas, impecablemente producido y muy bien interpretado vocalmente por Jesús Nuncira, Alex Suárez, Sandra Herrera y Gina Atencia, indiscutiblemente su mejor intérprete.
Es un disco tan bueno que resulta difícil decidir con qué temas quedarse, sin embargo, me arriesgo a decir que temas como La esencia del folclor, La Caimana, Buscando el sol, El Cusubá, Aguas de Corcovao, Llegó el carnaval, Curramberías y Reparo de los aluces, llegarán a ser piezas antológicas de nuestra música.
Tres
El disco anterior representó un notable florecimiento de los laureles del maestro Gamarra y en los años siguientes se han sucedido incontables, homenajes, premios y reconocimiento a su labor, así como crece su importancia y su figura como una personalidad destacada de la región. Así, en 2017 la alcaldía de Sincé respaldó una modesta pero interesante producción musical que volvió a poner de presente la música de Gamarra, esta vez seleccionando diez temas que incluyen tres de sus clásicos: El Centauro, Con la garrocha en la mano, El barroso pineano, y agregan a éstos títulos tan importantes como Imágenes, Bolero a María, Caribe triste, Magia negra, Caño de ventanilla y Mojana No. 11, para cerrar un disco muy completo en el que vuelve a quedar de presente la plenitud de su talento y maestría, en el que contó con el cuidado, producción e interpretación de un grupo de jóvenes músicos sinceanos encabezados por Carlos Mario Jaraba y Jorge Mario Escobar, con las voces del propio Gamarra, Luisa Castilla, María P. Meza y María B. López. Pero que es un disco que bien merece una nueva producción.
Cuatro
Y con este llegamos a un hito histórico excepcional. Si la orquesta del maestro Lucho Bermúdez, símbolo musical de Colombia, ahora en manos de su hija Patricia Bermúdez, y bajo la dirección de Tomás Benítez, ha elegido conmemorar los 74 años de la orquesta con un repertorio de 22 temas inéditos como homenaje al maestro Leonardo Gamarra, es algo que constituye el mayor reconocimiento que haya tenido hasta hoy su música. El disco es una sorprendente revista musical en la que suenan diez porros, una cumbia, un fandango, un pasillo, un jazz, un pasaje llanero, dos paseos vallenatos, una salsa y dos merengues, arreglados todos por Tomás Benítez (aunque hubiera sido deseable variar la mano de los arreglos), siendo muy destacables las facturas interpretativas de la orquesta como la de los cantantes, encabezados por el veterano Elías Paz y el propio compositor.
Aquí vuelvo a tener problemas para elegir mis preferencias, pero no puedo dejar de mencionar piezas como los porros Flor de Lis, Rolo sabanero, Rancho La Tía, La vieja escuela, Recuerdos de Yina, la cumbia La hija de Kike y el bolero El mar de Cortés. En fin, un disco histórico que premia la enorme constancia y consagración de un compositor de méritos como pocos, que enriquece la memoria del porro y de la música del Caribe y la herencia sonora de esa región prodigiosamente musical que es la sabana.
