Los colombianos en la música mundial no sólo impactan por su talento como cantantes, compositores o productores, sino como impulsores de nuevas figuras. Este es el caso de Leila Cobo, directora de la división latina que está creando la revista Billboard, publicación considerada como una especie de biblia de la música global y donde ha estado trabajando por más de veinte años.
Leila Cobo triunfa en todo. La caleña ha sido periodista, pianista de conservatorio, escritora de novelas y ensayos sobre pop. En su carrera como intérprete de música clásica, tocó con la Sinfónica de Colombia y con otras orquestas del país, mientras terminaba sus estudios en la Universidad Javeriana.
La vida tenía otros planes para ella. Su padre había insistido en que Leila migrara a Estados Unidos cuando se graduara y a mediados de los años ochenta, viajó a New York para desarrollar su carrera de pianista en la Escuela de Música de Manhattan.
En ese momento, su dilema era que aún no tenía claro si quería ser pianista o periodista. Al regresar a Cali en 1990 aplicó para un programa de intercambio de prestigio conocido como la beca Fullbright. La funcionaria colombiana que la atendió en las oficinas de la Fundación en Colombia, le dijo que ni se molestara, que era muy difícil ganarla. De todas maneras, Leila lo intentó y se la ganó.
Gracias a la beca Fullbright, Leila viajó a hacer un posgrado en la University of Southern California en Los Ángeles y comenzó a hacer sus primeros pinitos en Fox y en Telemundo hasta que una amiga le habló de un puesto en Los Angeles Times. Se preparó, presentó una prueba y nuevamente sorprendió.
Durante su estadía en Los Ángeles, se enamoró del pianista estadounidense Arthur Hanlon, con quien en la época de su trabajo en el periódico Los Ángeles Times tuvo una niña a la que llamó Allegra, porque era un nombre musical que funcionaba tanto en inglés como en español. Tres años más tarde, nació Arthur Jr.
Entre el periodismo y la niña, poco a poco dejó el piano. Comenzó a trabajar para un concejal de la ciudad para aprovechar la guardería del lugar donde cumplía su jornada laboral, pero continuó escribiendo de manera independiente. Un día se enteró de que en el Miami Herald buscaban quién hiciera críticas de música pop y la familia tomó la decisión de mudarse a Miami. En 2000 entró a Billboard, al principio sólo como columnista.
El poder de Leila Cobo desde Billboard
Billboard es una de las principales revistas del mundo, aunque en la actualidad tiene más peso en sus plataformas digitales o a través las premiaciones organizadas desde hace casi 35 años y que en los últimos tiempos se han destacado por su versión latina.
Cuando Leila llegó a Billboard, la música latina no tenía la incidencia que tiene hoy. Por ejemplo, Ricky Martin estaba revolucionando el mundo con canciones como La copa de la vida o su recientemente lanzada Livin’ la vida loca, pero este tipo de fenómenos eran la excepción y no la regla. Sin embargo, Leila pudo ver desde adentro la transformación de la industria musical donde latinos como Shakira, Bad Bunny, Karol G o Peso Pluma ahora sí hacen parte de los principales referentes de la música en el mundo.
“Es música popular, parte de la cultura popular y del consumo popular y esperar que no sea parte de la vida cotidiana es un poquito irrealista, como cuando comenzó el rocanrol y la gente decía que era horrible”, me dijo hace algunos años durante una charla telefónica sobre los nuevos sonidos del pop latino.
Dos iniciativas de Leila dentro de Billboard que fueron claves para potenciar el crecimiento de la música hecha en nuestro continente son: el programa de entrevistas Estudio Billboard y la Conferencia de la música latina, actualmente rebautizada como Semana de la música latina que reúne a artistas, empresarios y promotores de todo el continente.
Durante su tiempo en Billboard, Leila ha mostrado una gran preocupación por impulsar a los talentos latinos y se ha convertido en una voz autorizada dentro de la industria musical global. Una de las razones por las que su talento es reconocido es la capacidad para descubrir si un producto latino puede o no funcionar en el mercado estadounidense.
El hecho es que un artista latino puede tener la mejor disquera y mucho talento, pero el que ella hable en favor de él, es un mensaje que hace que los expertos de la industria entiendan que a ese talento no lo pueden dejar pasar.
A la hora de promocionar un artista o una canción, las palabras de esta promotora de la música latina pueden ser incluso más importantes que las de un director de un sello discográfico.
Por su talento, el año pasado Leila Cobo fue ascendida a Jefe de Contenidos Latinos, cargo que la convirtió en Supervisora de la nueva división llamada Billboard Español que también fue presentada en 2022.
La fórmula Despacito
A comienzos de 2021, en plena pandemia, Leila lanzó La fórmula Despacito, su más reciente obra literaria, un libro de estructura simple donde después de desmenuzar 19 canciones y entrevistar a intérpretes, compositores o promotores, ella parece preguntarse: ¿Cómo hicieron otras canciones latinas como de la historia como Feliz navidad, La tierra del olvido o Gasolina para convertirse en algo así como las Despacito de sus tiempos?
Es que Despacito no solo es una canción de Luis Fonsi y Daddy Yankee que se convirtió en uno de los mayores éxitos de la historia del reggaetón, sino que además se trata de una composición que revolucionó la música latina y se convirtió en la canción más reproducida de YouTube, solamente superada por el éxito infantil conocido como Baby shark.
Su libro cuenta anécdotas maravillosas como la de Shakira con el empresario que tuvo la visión para replicar con ella el éxito de Ricky Martin o la de Abraham Quintanilla, hermano de Selena Quintanilla, explicando cómo le puso sutiles elementos de salsa (campanillas) a las cumbias que interpretaba su hermana para que canciones como Amor prohibido o Como la flor no sólo sonaran en México, sino en otras partes del continente.
En su libro, Leila remarcó que los latinos, antes de la llegada del reggaetón, fueron acallados por varias voces de la industria musical y poco antes de terminar su obra, dejó claro que con la revolución cultural latina vivida en estos tiempos, no se puede dejar que esto vuelva a ocurrir.
Al sugerir que la música latina ha sido censurada, Leila podría tener razón al respecto. De hecho, canciones como La macarena o Despacito, se convirtieron en éxitos en Estados Unidos y fueron aceptadas por el público de ese país solo cuando artistas angloparlantes como Justin Bieber se sumaron a ellas. En la última premiación de los Latin Grammy, por ejemplo, muchos latinos se ofendieron cuando la presentación de Bad Bunny fue la única del certamen que no apareció subtitulada.
La postura de Leila me recordó otra de sus anécdotas. Resulta que hace siete años, su hija Allegra Hanlon fue penalizada en una competencia de tenis por hablar en español. Se emocionó con una jugada y gritó: “¡vamos!” en medio de la euforia del momento.
Lo verdaderamente sorprendente del hecho es que madre e hija descubrieron que el árbitro no había incurrido en ningún abuso y que, en efecto, existía una ley que sancionaba festejar en “otros idiomas”, aun cuando se tratara de una joven nacida en Los Angeles, pero con ascendencia colombiana. Entonces, ante los medios de comunicación, Allegra dijo: “El mensaje era claro: yo era una intrusa a la que no se veía con buenos ojos”.
Leila Cobo está acostumbrada a asumir retos, es una de las mujeres más poderosas de la industria musical y ha logrado apoyar a artistas como Shakira, J Balvin, Camilo, Karol G o Maluma a ganar varias batallas.
El próximo 19 de noviembre será la gala de los Premios Billboard 2023, que se realizarán en la ciudad de Miami y contarán con la presencia de los principales cantantes, productores y referentes de la industria musical latina. La gala se emitirá en simultáneo por Telemundo, Cable Universo y el servicio de streaming llamado Peacock.
Doce colombianos están nominados: Shakira, Karol G, Feid, Manuel Turizo, Sky Rompiendo, Kali Uchis, Sebastián Yatra, Piso 21, Maluma, Camilo, Morat, The Rudeboyz y La Sonora Dinamita.
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