El día de ayer, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, planteó la posibilidad de que la marihuana en Colombia se produzca sin licencias.
La persecución contra las drogas solo ha hecho que se aumente hasta cuatro veces su producción (el potencial de cocaína en kilos y las hectáreas de coca; al igual que la producción de marihuana). La solución que hemos visto después de 40 años de infructuosos esfuerzos por terminar estas economías ilegales de la muerte, no es perseguirlas y combatirlas, es legalizarlas y educar para prevenir su consumo interno con fines recreativos que puede generar psicosis paranoide y esquizofrenia con el consumo sostenido a lo largo de los años según artículos científicos. Se bajan los precios, se controla la producción de sustancias cada vez menos nocivas en su impacto y se reinvierte ese dinero en atender un problema de salud.
¿Cuáles pueden ser los riesgos de desafiar la política Nixon?
LA DESAPARICIÓN DE LA DEA
Si la droga se legalizara en todos los países que la producen y consumen, la DEA - Drug Enforcement Administration (Administración para el Control de las Drogas) tendría por fuerza que desaparecer. Esto haría que una cartera muy importante ($3.28 billones de dólares anuales en 2021, pagando sueldos de 9848 funcionarios, 4649 agentes especiales, edificios, tecnología, armamento), debiera reorientarse a otras labores (ver fuente oficial del gasto).
LA DEA, LOS PEPES, CASTAÑO Y EL CARTEL DE MEDELLÍN
Cuando Pablo Escobar -jefe del cartel de Medellín- escapaba de la cárcel La Catedral de Envigado, la DEA inició su persecución junto con las autoridades colombianas. Declaraciones de paramilitares indican que la DEA no solo estaba entrenando miembros de la fuerza élite del Bloque de Búsqueda de Colombia sino que instruía y entrenaba a Los PEPES (ver fuentes; fallo del Tribunal Superior de Medellín, ratificando la relación entre la DEA y los Pepes: ver fuente), banda delincuencial fundada por los hermanos Castaño y el cartel de Cali. Más o menos, el mismo principio de lo que hacía mi general Herrera con la Brigada 29 en el Cauca, aliado con los narcos para “perseguir” disidencias de las FARC según denuncia pública (fuente). Esto quiere decir que el problema no era la droga, sino que Escobar se había vuelto inmanejable para la DEA. En otras palabras, esta organización (la DEA) es consciente de que sin la prohibición no puede subsistir y debe mantener un equilibrio entre la producción de droga y las capturas.
CASO VENEZUELA
Pedro Carreño, exministro de Justicia de Venezuela, acusó a la DEA de establecer lazos con narcotraficantes que operaban en el vecino país -esto fue en 2005-, y acaeció poco antes de que Hugo Chávez suspendiera los acuerdos de cooperación con Estados Unidos. En 2007 Carreño reiteró las acusaciones, expresando que a través de esta organización salía del país una gran cantidad de kilos de droga, por medio de la figura de entrega vigilada, y nunca se obtenía información de qué pasaba con la droga y por tanto “determinamos que estábamos en presencia de un nuevo cartel de la droga” (ver fuente).
FIN DE UN CICLO
Muy seguramente, el Gobierno anterior de Colombia fue heredero de esas “buenas relaciones” entre empresarios narcotraficantes y la DEA. Garante del cuidado de esa homeostasis o equilibrio entre producción de droga y capturas. Una vez salió Trump las cosas cambiaron.
¿PRUEBAS? UN RECORDERIS
Adriana Sanclemente, la hermana del embajador Sanclemente (a quien le incautaron un laboratorio de cocaína en su finca), fue la que autorizó la salida de las avionetas del cartel de los Cifuentes Villa con destino al cartel de Sinaloa (ver fuente); el expresidente Uribe, exdirector de la Aerocivil en el apogeo de Escobar, es cuñado de Dolly Cifuentes Villa, detenida en 2011 y extraditada a EE.UU. en 2012 (ver fuente); tío también de Ana María Uribe Cifuentes, vinculada a la misma organización (ver fuente); amigo del narcotraficante Ñeñe Hernández, quien compró votos para la campaña de Iván Duque, algo mucho más grave que lo que generó el Proceso 8000 contra Samper, sin consecuencias (Estados Unidos de América tampoco exigió un juicio contra él; terminando la acusación del Congreso anquilosada, aliada esta comisión a su causa); y Ricardo Restrepo, coronel de la Policía Antinarcóticos del programa de televisión Alerta Aeropuerto, resultó siendo íntimo amigo también de dicho capo (ver fuente). Los altos mandos de la Policía Nacional le consultaban a Marquitos Figueroa, intermediario con el capo, los ascensos (ver fuente). Recientemente, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, senadoras del Centro Democrático, protestaron por el nombramiento de Iván Velásquez como nuevo ministro de Defensa de Colombia, aquel hombre valiente que puso a numerosos narcopolíticos, farcpolíticos y parapolíticos en la cárcel (ver fuente). ¡Vaya preocupación!
EL GRAN RIESGO
Petro va de frente y celebro que los grandes cambios se asuman al comienzo del Gobierno. Ningún aspirante a la Presidencia de Colombia ha osado revisar o desafiar la política Nixon para arruinar los carteles con la legalización de las drogas en casi cuatro décadas, lo que podría traer como consecuencia el interés de lograr el asesinato de Petro por parte de la DEA, tal como le sucedió a Salvador Allende a manos de Pinochet con la aquiescencia de la CIA (ver fuente). Petro debe armar este plan de la mano del componente diplomático. Muy a pesar de nuestro principio de soberanía, el señor presidente debe negociar con el gobierno Biden y con la DEA de manera directa, para que este proceso de legalización venga acompañado por unas medidas que no amenacen el bienestar de los funcionarios de la DEA y de su cartera (la de los directores políticos que ordenan el gasto en armamento, compra y alquiler de edificios, contratos de tecnología, movilidad, equipamiento), la cual deberá ver reorientación o la persecución de otros fines. La labor diplomática es de vital importancia y debe ser tomada tan en serio como el beneficio de los campesinos del Cauca.
LA POLÍTICA NIXON 40 AÑOS DESPUÉS Y LA NORMOPATÍA
La normopatía designa en psicodinámica la tendencia a conformarse excesivamente con las normas sociales, del comportamiento, sin atreverse a expresar la subjetividad propia, sin importar si las leyes son éticas, justas o tienen un fuero acorde con los derechos humanos y propenden por la vida, la paz y el bienestar.
Luis Carlos Galán Sarmiento y Rodrigo Lara Bonilla no fueron revolucionarios, fueron lo que yo llamo ‘normópatas’, cumplidores de la ley a secas, al punto de sacrificarse por ella, y se lo agradecemos, pero 40 años después, entendemos que la manera adecuada de acabar con el negocio de la droga no era combatirla, sino legalizarla. Eso es lo revolucionario. Sin duda, si la droga no se legaliza en Colombia, la muerte, las guerrillas, los carteles, los paramilitares y sus representantes políticos, continuarán. La droga es la gasolina del estado actual de las cosas y debemos legalizarla para que las cosas cambien. Es mi más sincera opinión.