La noticia del decomiso que hizo la guardia costera en el puerto Everglades, en Miami, de un cargamento de coca y marihuana, proveniente de sur y Centroamérica, por un valor aproximado de US$390 millones, que se estima que en las calles puede alcanzar ganancias por US$1 billón de dólares, es increíble.
En Colombia, el gobierno está empecinado en volver a la fumigación con glifosato (prohibido su uso en Estados Unidos), como fórmula demostrada inútil para controlar los cultivos ilícitos. Adicionalmente, como propuesta de campaña presidencial, para generar un efecto mediático, se quiere echar para atrás la despenalización de la dosis mínima para controlar el consumo, mientras en Estados Unidos se gozan la fiesta con la yerba y se puede comprar como alternativa medicinal o simplemente para pasar bacano en miles de establecimientos a lo largo y ancho del vasto territorio, desde Alaska para abajo.
Toneladas de droga entran a diario a los Estados Unidos y solo se incauta una mínima parte, el despiste. Me preguntó: ¿quiénes controlan el mercado del producto internamente?, ¿quiénes lo distribuyen?, ¿quiénes se quedan con las astronómicas ganancias?
Mientras nos dan garrote y nos imponen medidas inútiles, en California la marihuana fue legalizada para su uso recreacional el primero de enero del presente año. El viernes pasado se celebró el 04-20 o festival de la marihuana en la colina hippie del parque Golden Gate en San Francisco, donde ondeaba una bandera multicolor con hongos como símbolo de la psicodelia. Se estima que asistieron alrededor del veinte mil personas, diez mil más que el año anterior. Y para dar por inaugurada la fiesta, los asistentes encendieron sus porros y se vio una gigantesca nube de humo, exhalada simultáneamente por los miles de congregados. Fue una celebración por todo lo alto, como en cualquier evento deportivo o artístico, se ofrecía variedad de cannabis, cultivada localmente, de excelente calidad, superior a la importada y productos relacionados con la hierba: brownies, camisetas y recordatorios.
Paradójicamente, Estados Unidos es cada vez más verde. El 64% de sus ciudadanos aprueba la legalización. De ellos, el 72% de los republicanos y el 67% de los demócratas están a favor de su libre expendio para usos medicinales o recreativos. Hay 1300 tiendas a la espera de permiso para venderla y en 29 estados ya ha sido legalizada para uso medicinal.
En otras partes, la fumarola huele a yerba, pero Colombia persiste en una guerra inútil, poniendo los muertos, atacando cultivos con veneno que enferma al campesino, arruina sus cosechas, contamina el agua y el medio ambiente, y extradita poniendo la soberanía de nuestra justicia en manos ajenas. La legalización es la única opción para acabar con una guerra inútil, que se ha llevado por delante la vida y los valores de una sociedad completamente permeada por los dineros malditos del negocio, pero es en el norte donde se enriquecen realmente a costa de nuestras miserias.
