Estas dos palabras que tanto irritan a nuestros amigos del interior del país, o mejor dicho, a los cachacos, que para nosotros los caribes son todos aquellos que viven más allá de Aguachica en el de Departamento del Cesar y del Municipio de la Aparatada en el Departamento de Córdoba, son más que 2 palabras.
Encierra toda una filosofía de vida que en alguna ocasión salvó a la humanidad de la destrucción total por un apocalipsis nuclear.
Narra el famoso lingüista Noam Chomsky, en su también afamado libro Cooperación o Extinción, que el suceso tuvo lugar a principio de los años 80, durante el gobierno norteamericano de Ronald Reagan.
Durante este gobierno, la secretaría de defensa de Estados Unidos lanzó una operación denominada Arquero Capaz, que consistía en una maniobra concebida para poner a prueba las defensas rusas mediante simulación de ataques, incluso de tipo nuclear.
Si ese ejercicio hubiese sido en el territorio estadounidense, distante a miles de kilómetros del suelo ruso, pues la situación no hubiese sido grave.
Pero resulta que en ese entonces Estados Unidos había instalado en Alemania unos misiles balísticos Pershing ii, a un alcance a penas de entre 10 y 15 minutos del territorio ruso.
El problema fue que Rusia no sabía que lo que estaban haciendo los gringos era un simulacro, y con toda la razón, porque ¿quién instala unas cabezas balísticas solo para simular?
Por tal motivo, los rusos empezaron a movilizar sus tropas en el contexto de un nivel de alerta denominado como inusual al haber detectado un aparente ataque nuclear masivo de USA.
Los protocolos de seguridad de Estados Unidos indicaban que la reacción debía ser proporcional.
Pero por suerte, el alto oficial de la fuerza aérea de Estados Unidos, Leonard Perroots, quien era el encargado de transmitir esa información a los altos mandos de su país, decidió no seguir el procedimiento prescrito, dejar pasar eso sin más, en otras palabras, decidió cogerla suave.
Por el lado de los rusos, el oficial al mando del sistema automático de aquel país, Stanislav Petrov, también decidió dejar pasar la aparente amenaza, decidió cogerla suave.
Con esta actitud de ambos militares se evitó el inicio de una escalada nuclear que, probablemente, hubiese desencadenado una catástrofe irreversible a la atmósfera del planeta con un costo de vidas incalculable.
No sé cuál es el lugar de origen de los señores Perroots Y Petrov en sus respectivos países, ni tampoco cuales son las regiones en USA y Rusia, equivalentes a la costa caribe colombiana.
Lo único que sé es que, si hoy tuve la oportunidad de escribir esto, y usted de leerlo, es únicamente porque dos personas decidieron cogerla suave.
Así que, estimado lector, cuando sientas que las situaciones y responsabilidades de la vida te abruman y te estresan en extremo, recuerda que alguna vez cogerla suave salvó muchas vidas humanas, y cogerla suave puede salvar hoy tu propia vida.
