Las redes sociales y Falcao. Hay que decir la verdad, si el partido terminaba tres minutos antes, Falcao estaba viejo, había sido malo desde siempre, Queiroz había fallado al convocarlo, todo eso. La verdad en las redes, en cualquier caso. La promesa era que las redes volverían la conversación jerárquica de la estructura tradicional del poder en una conversación multitudinaria entre iguales pero esa promesa, como casi todas, no se cumplió del todo. Entonces un anónimo desde un sótano, coordinando unas cuentas automatizadas, podía terminar por imponer la tendencia, #Falcaopaquete, cualquier cosa así, y contar con una audiencia suficiente para replicar el mensaje. No hacía parte de la promesa inicial, pero sí descubrimos que lo que hacían falta eran espacios para ventilar frustraciones, canalizar odios, decir güevonadas. La verdad en las redes no suele ser la verdad más allá de las redes. El problema, por supuesto, es que la manera más sencilla que tenemos de conectarnos con la opinión de los demás son esas redes.
El partido no terminó tres minutos antes entonces Falcao tuvo su redención unánime, en las redes y en las demás realidades.
Falcao es suplente. Duván Zapata fue uno de los mejores delanteros del mundo en el último año. Para mi gusto, es el delantero que mejor aguanta el balón de espaldas al arco. Recientemente, ha mejorado el control en velocidad entonces tiene un arsenal amplio de armas para atacar. A sus 29 años está en su mejor momento mental y en gran condición física. Duván Zapata es el delantero centro titular de Colombia. Indiscutible. Difícil para un técnico como Queiroz que recién llega y debe mandar al banco a un jugador con historia, respetado por sus compañeros, con una gran carrera en Argentina y Europa. Falcao le ayuda: desde antes del partido, celebra estar en la convocatoria. No se está quejando ni imponiendo su historia. Durante el partido, se sienta en el banco, tranquilo, concentrado. Las cámaras muestran cómo calienta, a tope. Colombia pierde en ese momento contra Chile. Unos días antes, en un partido resuelto contra Venezuela, Falcao calentaba igual. Es evidente ya: el compromiso de Falcao es con el juego, con él mismo, con el escudo, con la banda de capitán que tendrá hasta que se retire. No juega de una manera u otra según el rival.
En un deporte en dónde tantas veces hemos visto a las grandes estrellas renunciar a la selección cuando no están bien ellos o el equipo, hacer mala cara cuando no juegan, exigir más privilegios en los entrenamientos, Falcao se comporta siempre como si fuera el primer día de su carrera. Está la tentación de la comparación, inevitable: James no ha asumido así sus suplencias. Es más joven, más inmaduro y es un crack que necesitamos: ojalá entienda la lección que le da Falcao.
Gol de Falcao. Entra Falcao contra Chile. James le entrega la banda de capitán inmediatamente. Se queda en el campo Zapata que se mueve a la banda. El centro del área es del Tigre. En el aire la sensación que vamos a perder, que merecíamos -por lo menos- el empate. Falcao se desespera un poco arriba, se mueve al medio campo, toca bien el balón pero no tiene ninguna clara en el área. Minuto 90 y la jugada viene confusa, ya Colombia está atropellada y Chile lleva un buen rato atrás, parece que iban a lograr una buena victoria jugando apenas regular. Buena jugada de Mojica por la izquierda, disparos al arco que no terminan de llegar, varios rebotes. Si uno mira con atención esos treinta segundos, desde que empieza el ataque Falcao se va al punto penal y se mueve en un espacio muy reducido de un par de metros. Llega al fondo Mojica, Falcao se adelanta unos centímetros, la mirada siempre en el balón, en el jugador y en el defensa que lo habilita. Se devuelve la jugada diez metros, Falcao retrocede unos centímetros. Ocupa un espacio y no lo cede. Sobre todo, no da el fuera de lugar. No se comentó mucho, pero el mayor valor de Falcao en el gol, más allá de poner bien el pie para el desvío es haber quedado entre los defensas como el dueño del área y, sobre todo, haber evitado el fuera de lugar. La mayoría de esas jugadas son fuera de lugar, Falcao sabe.
Ya Falcao no es el jugador de veinte años que llegó como un media punta a River, que podía jugar de diez o de nueve. Es un delantero centro de 34 años con varias lesiones encima que han retirado a muchos y sabe que se tiene que ubicar bien. El talento evoluciona si lo maneja la inteligencia. Pienso en Rigoberto Urán, de la misma edad, que hace Top 10 cada vez que va al Tour porque se sabe ubicar en el lote.
Dirá el anónimo del sótano que era un gol fácil. Ja.
Falcao se va a retirar. Falcao celebra modestamente. Será un valor del cristianismo verdadero o de su familia. Siempre ha sido así. Nunca hubo estridencias con Falcao. Habla suave, respeta a todos adentro y fuera de la cancha. En su celebración hace referencia a la fe, a Dios. Su reflexión, a lo mejor por sus lesiones y por el fallecimiento reciente de su papá que fue fundamental en su vida, es sobre superar adversidades. Jamás una indiscreción el día después, no hubo la insinuación que debió haber sido titular. No es su estilo.
Falcao es el mejor delantero de la historia de Colombia pero no es, ni de cerca, el delantero con más talento en la historia de Colombia. Es un ejemplo, otro más, de que el talento lleva hasta un punto pero que, desde ahí, hace falta esfuerzo, dedicación, estar todos los días en el oficio, con la misma disposición, sea titular o suplente, este sano o enfermo.
Pienso en lo que Falcao aporta realmente a un equipo: el punto contra Chile es marginal. Lo más importante es el ejemplo más poderoso, el que se muestra con un comportamiento concreto, consistente. Va más allá del fútbol. Es un modelo para un país que no está acostumbrado a estos referentes suaves en las formas, firmes en el trabajo. Falcao se va a retirar eventualmente. El ya lo insinúa: no admite nostalgia en eso, se esfuerza más y disfruta los momentos que tiene. Yo espero que nos conduzca al Mundial del 2022 y que, después de eso, mantenga su presencia serena en la vida de Colombia. La necesitamos.
@afajardoa