Flor Marina lleva dos meses sin trabajar. La cuarentena la obligaba a estar en su casa en el barrio San José en la localidad de Rafael Uribe Uribe de Bogotá. No pudo pagar el arriendo pero el dueño de la casa, su arrendatario, no podía botarla a la calle por ley. Así que ideó una venganza.
Entró a la casa a la brava, cortó los servicios y como ella misma le contó a Blu Radio: "selló con soldadura las tomas. Retiró los bombillos y la cisterna del baño y me dice que lo que él necesita es que me vaya del apartamento. Le digo que no he podido conseguir apartamento, no puedo salir a ningún lado, no tengo para donde irme, el señor quita todos los servicios y me dice que él es el dueño de la casa y que puede hacer lo que quiera”.
En plena emergencia sanitaria la mujer y los hijos no tienen agua ni donde hacer sus necesidades. Así quedó el lugar