El cinco de diciembre se cumple el plazo que impuso el Consejo Superior de La Judicatura (CSJ) para que Carlos Urrutia, actual embajador de Colombia en Washington, se presente para responder por lo que se le acusa. La Judicatura le requiere por el escándalo que se desató a raíz de la apropiación de terrenos baldíos por parte de empresas multinacionales, que lograron hacerse a tierras que estaban destinadas a familias campesinas, gracias a la asesoría que le brindó su firma de abogados Brigard & Urrutia. El presidente Juan Manuel Santos le aceptó la renuncia hace tres meses pero Urrutia sigue atendiendo sus compromisos desde la casa que sirve como sede de la embajada, en la que invirtió recursos para hacerle mejoras y adecuarla a su gusto. Aunque desde mediados de agosto se nombró a Luis Carlos Villegas como su remplazo, Urrutia sigue ejerciendo como embajador.
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