Stephen Paddock, un hombre blanco de 64 años y aparentemente sin afiliación política, es el presunto autor de la matanza de Las Vegas, en la que la madrugada de este lunes han muerto decenas de personas.
Las autoridades están investigando el pasado del hombre, del cual el Estado Islámico (que ha reivindicado el atentado, una maniobra que el grupo terrorista suele hacer tras este tipo de ataques, sean o no organizados por sus células) ha afirmado que era un converso al Islam.
Su hermano, Eric Paddock, ha sido entrevistado por la cadena CBS, a la que ha afirmado que no conoce que Stephen tuviera una afiliación política o religiosa. "Su vida era un libro abierto; todo está en los registros, no hay nada. Fue a la escuela, tuvo un trabajo...".
Eric ha admitido que no veía con frecuencia a su hermano, que vivía del otro lado del país. La última vez que supo de él fue a través de un mensaje de texto en el que preguntaba por la madre de ambos tras el paso del huracán Irma. "Les puedo enseñar el texto", dijo a los periodistas a las puertas de su casa. "Decía "¿Cómo está mamá? ¿Tenéis energía?"... Eso fue todo".
Para Eric, tampoco era una persona a la que le gustaran las armas especialmente, o tuviera una afición militar, pese a que el atentado fue ejecutado con fusiles automáticos. "Tenía un par de pistolas, pero eran armas cortas, legales. Tal vez tenía alguna larga, pero la guardaba en un sitio seguro".
"Solo era un tipo que vivía en Mesquite al que le gustaban los burritos", afirmó Eric, que afirma que su familia está consternada por los hechos. "No encontramos las palabras..."
"Es como si hubiera caído un asteroide sobre nosotros", comentó, entre lágrimas y con dificultad para hablar por la emoción. "Cuando investiguen su vida verán que no hay nada que encontrar", agregó.
Los reporteros le preguntaron si su hermano tenía alguna enfermedad mental y él dijo categóricamente que no. De la vida de su hermano solo contó que se había jubilado en Las Vegas porque le gustaban "los juegos de apuestas".
Tras registrar la casa del atacante en Mesquite, el portavoz de la policía de esa ciudad, Quinn Averett, dijo a los medios que "es una casa normal" donde "no hay nada fuera de lo ordinario".