El siete de marzo de 2009 el periodista y creativo Juan Manuel Correal, más conocido como ‘papuchis’, corría afanoso para una reunión laboral. Tenía dos trabajos y todos los días buscaba más espacios desde donde explotar su nombre y su reconocimiento para hacer más dinero. El ego lo tenía más alto que su misma realidad.
Antes de salir de la casa sintió el mareo. Hubo un choque dentro de su cabeza. Un coágulo de sangre se le atravesó en la parte izquierda del cerebro. El derrame cerebral fue fulminante. Papuchis, quien se hizo famoso por ser un ícono juvenil de la radio de los años en los 90, quedó en coma inducido. El coágulo quedó en la parte del cerebro en donde se produce el habla. Los médicos le confirmaron que su accidente vascular se debió a una sobrecarga de estrés que tuvo que ver con su ritmo de trabajo. La ambición sumada a preocupaciones familiares le pasaron factura.
Cuando apenas se estaba recuperando lo perdió todo: lo echaron de la emisora en la que trabajaba, sus proyectos personales se fueron a pique, su familia se fracturó. La depresión lo azotó. Y para rematar una noche tenebrosa de 2010 le pusieron tres revólveres en la cabeza y le quitaron un carro que recién había comprado. La suerte estaba en su contra.
Encerrarse a escribir, a pensar y sobre todo a cambiar el chip de su personalidad y acabar con su ego lo hicieron salir de sus días oscuros. Entendió que buscar la felicidad más que la fama y el dinero le traería la tranquilidad que hasta esos días no había logrado.
Se convirtió en motivador. Escribió tres libros y hoy se la pasa dándo confeencias de cómo salir de los problemas poniéndole el pecho con tranquilidad. Recuperó a su familia. La fama y la abundancia dejaron de importarle. En 2018 recibió una llamada de la Sijin, el carro que le habían robado ocho años atrás lo acababan de recuperar intacto. Hoy se la pasa de charla en charla diciendo que al fin es feliz y explicando como lo hizo.
