La nueva decisión del Alcalde Gustavo Petro que autoriza la rumba hasta las 6 de la mañana y que arrancó este fin de semana con un balance de 238 riñas, calentó el debate sobre la conveniencia de esta medida que ha suscitado polémica en el Concejo de Bogotá y entre los vecinos de las 14 zonas que tendrán la rumba extendida hasta el amanecer. La alcaldía de Chapinero y la policía tienen un registro de al menos mil bares que atendían su clientela hasta la madrugada, a los que en el último año, se les abrió expediente por infringir la ley 232 de 1995 que regula el horario de apertura y las normas de funcionamiento de los sitios de rumba en la capital.
Pese a que la alcaldía local de Chapinero, la zona más rumbera de Bogotá, ha hecho operativos para garantizar el cumplimiento de esta ley, el alcalde local Mauricio Jaramillo, dice que no tiene las herramientas jurídicas necesarias para poner en cintura a los dueños de estos establecimientos, como se lo ha expresado al alcalde Mayor Gustavo Petro.
El mecanismo para sacarle el quite a la ley es hacerse pasar como ‘clubes privados’ de puerta cerrada, con lo que las autoridades no pueden obtener acceso a estos sitios los cuales continúan la rumba y en los que comúnmente se camuflan las redes de microtráfico y venta de licor adulterado. Otros que no están bajo el esquema de club privado, pagan sobornos a algunos agentes de policía con los que logran eludir las órdenes de sellamiento que imparte la alcaldía local.
En este listado, la alcaldía de Chapinero identificó 37 lugares que están bajo la denominación de ‘clubes sociales’ pero que en realidad son sitios de rumba y casas de prostitución que han logrado disfrazarse para poder ofrecer rumba hasta el amanecer:
