Colombia requiere urgente de la transición a un modelo diferente de Estado, aseguró Cesar Gaviria, quién expresó sin definir detalles que él y la dirección del Partido Liberal apoyarán para la siguiente legislatura un candidato que represente el clamor popular de un pueblo cansado de lo mismo. Un candidato que abiertamente no tenga nada que ver con el gobierno actual ni que tenga un pasado en años anteriores de cercanía con el Centro Democrático.
Agregó que el país requiere de cirugías profundas, no de simples promesas, si queremos que en Colombia no se generen problemas sociales gravísimos.
Si bien Gaviria es la figura preponderante y voz oficial del partido, muy a pesar del poder que le otorga su dirigencia, está obligado a escuchar las bases representadas en las regiones que constituyen el capital político del partido (maquinarias).
Sabe bien que la fuente de la debilidad consiste en la división y pugna interna generada a partir de la administración Samper y el proceso 8.000. E igualmente sabe que no sobrevivirá al apoyo de otro gobierno del Centro Democrático.
Es consiente según sus declaraciones de que la era Uribe debe llegar a su fin o el país transitará por una catástrofe social sin precedentes desde el Bogotazo en 1948, si tenemos en cuenta el campanazo de alerta que el estallido social del 2021 represento y que venia cocinándose desde el 2019.
Solo hasta después de Semana Santa se conocerá un comunicado y posición oficial del partido. Entre tanto podríamos decir ¿existe una amplia posibilidad de que se haga según el viejo adagio popular que dice?: “Si no les puedes vencer, únete a ellos”.
No somos ingenuos como para pensar en la “conversión de Gaviria y sus aliados”, pero ellos no son ingenuos tampoco; entienden que el país requiere de un nuevo rumbo y si no se suben al barco terminarán arrastrados por la tormenta.
Nada más podemos prever hasta tanto no se conozca la posición oficial del partido, que creo no será una claudicación que termine dejando en libertad a los electores, pues esto representaría la pérdida total de lo que le queda de autoridad y autonomía como colectividad.
Ya obtuvieron los caciques regionales sus cuotas en las cámaras, la participación en el gobierno entrante, dependerá de quien sea el elegido por ellos y el que gane. Pero necesita más el partido de con quien termine haciendo la alianza, que la alianza del partido.