No lo podía creer cuando mis amigos me contaron: Laura Acuña, una muchacha muy bella quien siempre ha presentado el entretenimiento, era la ficha que movería el gran Juan Lozano para recortarle camino a Caracol. Todo esto arrancó el 3 de septiembre, lunes. Si bien es todavía prematuro la brecha sigue igual: cuatro puntos de diferencia.
En redes ya los usuarios sentenciaron la debacle. Les resulta incomprensible la jugada, es que poner a presentar notas serias a Laura Acuña es una completa estupidez. Es tan raro como cuando Edgar Perea narró en Francia el Tour, tan raro como si la Negra Candela presentara La cosa política. Ese experimento no va a resultar porque no es serio. Laura Acuña ya tiene el sambenito encima de haber compartido durante años set con Jota Mario Valencia, algo que es el colmo de la frivolidad.
Sabemos que bajo el reinado de Gurisatti más hondo no se puede caer, que todo va a ser ganancia pero es que además Laura Acuña es un personaje resistido por la gente en Colombia, es alguien que se asocia con la arrogancia, el modelaje, el reino de los niños gomelos y no con la realidad de un país que no para de desangrarse. Laura Acuña es el pasado y recuerda los años más infaustos de RCN.
Yo lo que creo pues es que RCN debe cambiar no es de presentador sino de ideología, de la manera en la que se está planteando la política. Son tan anacrónicos que de verdad piensan en que todavía están en los años de la seguridad democrática. Y que no canten victoria, si ellos repuntaron en los últimos meses fue gracias a un reencauche, al de Betty, la fea, y ahora anuncian el regreso de Los Reyes. ¿Será que la televisión colombiana se está acabando?
