Tras diez años de Rafael Correa y cuatro de Lenín Moreno, Guillermo Lasso busca dar vuelta a la página del correísmo en el país. Su tarea más urgente sin embargo será de cumplir con su promesa de vacunar contra el covid-19 a nueve millones de personas en 100 días. Para lograrlo, tendrá que gestionar el arribo más rápido de las dosis necesarias al país. El gobierno saliente pudo vacunar un 7% de la población con al menos una dosis, menos de lo previsto.
El país ha sido y sigue siendo duramente golpeado por la pandemia, con más de 417.000 contagiados y 20.000 muertos pero una sobremortalidad de más de 62.000 personas que solo la pandemia puede explicar.
El año pasado, la economía ecuatoriana decreció un 7,8%, en parte por la caída del precio del petróleo que el país exporta. Se prevé un rebote de 3% este año pero se necesitará más crecimiento e inversiones para hacer bajar los niveles de pobreza y desempleo.
Para lograrlo, Guillermo Lasso ha reconocido que enfrenta realidades “muy complejas, necesidades ilimitadas, con recursos muy, muy limitados”. Ha advertido que recurrirá a reformas tributarias muy creativas para dar aire a la caja fiscal del país.
Para paliar las dificultades económicas, Moreno recurrió a un alto endeudamiento con la emisión millonaria de bonos y la obtención de créditos con organismos multilaterales, entre ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI). El pasivo total escaló hasta el 63% del PIB en diciembre (61.300 millones de dólares).
El presidente saliente Lenín Moreno reconoció que no le deja “la mesa servida… pero por lo menos los cubiertos puestos”. Sin mayoría propia en el Congreso, Lasso pretende promover un gobierno “del encuentro para dejar atrás las divisiones entre correístas y anticorreístas.”
Entre diciembre de 2019 y marzo pasado, el desempleo en Ecuador pasó de 4,6% a 5,5%. Y la pobreza por ingresos aumentó de 25% en diciembre de 2019 a 32% en el mismo mes de 2020.
Lasso, que obtuvo el 52,36% de los votos, 4,72 puntos más que el economista Andrés Arauz, de 36 años y delfín de Correa, conquistó en el balotaje del 11 de abril el poder para la derecha conservadora en Ecuador. Con ello puso fin a una seguidilla de triunfos del socialismo.