¿Qué es lo que pasa cuando una ciudad entierra bajo escombros la atrocidad?, o cuando trata de forma indolente a sus víctimas, cuando prefiere hacer caso omiso al dolor de los otros, ¿Qué es lo que pasa cuando en una ciudad como Medellín se entierra bajo tierra la responsabilidad de los armados y del Estado?
Luz Mery Velásquez, Marleny Herrera, Luz Helena Galeano, Silvia Quintero, Luz Ángela Velásquez, Adriana Arboleda Betancur de la Corporación Jurídica Libertad son algunas de las mujeres que con valentía y a pesar de vivir en carne propia la desaparición forzada de sus seres queridos, uno de los delitos de lesa humanidad más dolorosos en la historia de nuestro país, decidieron contar los hechos de los que fueron víctimas, alzar su voz, exigir la reparación y la búsqueda de sus seres queridos a pesar de exponerse al escarnio público, a que las llamaran locas, exageradas y a no contar con la colaboración de las administraciones locales durante años.
Estas mujeres que han trabajado incansablemente por la memoria en la ciudad narran las huellas que dejó la confrontación armada en la Comuna 13 de Medellín que vivió en sus calles, sus barrios y en su gente el sufrimiento que genera tras su paso el conflicto armado que ha cobrado la vida de miles de inocentes de una manera absurda.
Precisamente, gracias a su incansable lucha, el pasado 18 de diciembre la JEP dio una noticia histórica anunciando el hallazgo de dos cuerpos en la Escombrera, un lugar de esta comuna señalado por muchas víctimas como una fosa común, considerándose incluso como una de las fosas comunes más grandes del país estimando que en el lugar hay aproximadamente 502 cuerpos de víctimas de desaparición forzada.
La JEP informó que el 20 de diciembre el Instituto Nacional de Medicina Legal reconocería las estructuras óseas y empezaría con el proceso de identificación, pero tras hacer dicha visita se encontraron nuevas estructuras óseas, realizando el tercer hallazgo forense de la semana en la Escombrera, dada la importancia que tiene este sitio, así como los hallazgos que se han dado, el magistrado Gustavo Salazar mencionó que la intervención en la zona va a continuar.
Aunque, como mencionaba, en la llamada Escombrera puede haber más de 500 cuerpos enterrados, el hecho de que se haya recuperado 3 estructuras óseas, llena de esperanza a cientos de víctimas que esperaron desde hace años reencontrarse con sus seres queridos, saber qué fue lo que les pasó, y poder por fin poner el punto final a un camino tortuoso lleno de obstáculos.
La gran noticia aunque reconforta el trabajo realizado por las víctimas que denunciaron las violaciones de los derechos humanos cometidas durante la Operación Mariscal y la Operación Orión donde hay registros de la colaboración entre la fuerza pública y los militares, durante la alcaldía de Luis Pérez, y decenas de personas fueron señaladas como supuestos colaboradores de las milicias, detenidas, desaparecidas y asesinadas, también abre un nuevo capítulo en la historia de la ciudad donde los que hicieron parte de lo que pasó por años también tendrán que rendir cuentas de la responsabilidad que tuvieron en este escabroso episodio.
Por ahora, solo queda agradecer a las víctimas por no haber renunciado nunca al derecho a la verdad, por seguir en pie a pesar de todo, por hablar, y por recordar una vez más que la memoria NO se debe esconder bajo los escombros.