“Marcho porque estoy viva, pero no sé hasta cuándo” dice uno de los carteles que resalta en medio de la multitudinaria marcha. Alrededor, cientos de pañuelos morados y verdes, los primeros representando a las feministas que gritan a una sola voz que no quieren ni una muerte más de mujeres a manos de la fuerza pública en medio de las protestas. Los pañuelos verdes para las que apoyan la ley de aborto libre, pidiendo que las mujeres tengan la opción de elegir sobre sus cuerpos. Son miles las que buscan hacer oír su voz y que fueron protagonistas en el paro que ya completa más de tres semanas.
Intentando llenar las calles de ‘Viejas Verdes’, como una forma de resistencia a los hombres mayores que acosan, piropean y coquetean a las mujeres más jóvenes conocidos como ‘viejos verdes’, está un grupo de feministas que nació en las redes sociales y que movilizó más de 500 mujeres y 173 organizaciones a protestar durante estas manifestaciones.
Este grupo digital reunió a ocho mujeres colombianas para hablar de esos temas que nadie se atrevía a discutir. Las ‘Viejas’ alzan sus voces para llevar la conversación sobre aborto, derechos sexuales y reproductivos de la mujer y violencia contra la mujer a un “lugar seguro” donde el mensaje pudiera replicarse y llegar a muchas más mujeres: así colonizaron Instagram, la red social favorita de millennials y generación Z. Hoy son 82 mil personas las que conforman la comunidad digital de Viejas Verdes.
Entre las fundadoras del colectivo está Catalina Ruíz Navarro autora y feminista barranquillera; Maria del Mar Ramón, escritora feminista; Gigi Borré politóloga, con estudios críticos de géneros y sexualidades; Sher Herrera, comunicadora social y periodista afro, Juliana Abaúnza también periodista; Matilde de los Milagros Londoño, escritora, editora y periodista; Luisa Castellanos, ilustradora feminista e Ita María, economista de profesión pero blogger de moda por convicción.
Su movimiento en redes busca que las mujeres sepan cuáles son sus derechos, conversar, informar, esclarecer y “llenarlas de herramientas para defenderlos”. Su conversación gira, en su mayoría, en torno a conocer las verdades sobre el derecho al aborto, las 3 causales en las cuales es legal en Colombia y en general desmitificar todas las desinformación que rodea el tema.
Su consigna es clara y su posición fuerte. Aunque muchas personas creen que su discurso es agresivo, las Viejas Verdes aseguran que no están en contra de los hombres, por el contrario, la razón que defienden es la de una igualdad: igualdad de poder y de condiciones entre hombres y mujeres a nivel laboral, salarial y social.
Desde el inicio del paro, el 28 de abril, han usado sus redes sociales para apoyar las manifestaciones y convocar a más mujeres a marchar.
Ver esta publicación en Instagram
Junto a ellas, varios grupos feministas se unieron a las manifestaciones con tambores y música. En una protesta en la que los jóvenes y estudiantes han sido protagonistas, el grupo ‘Bolívar en falda’ se ha dedicado a defender a las estudiantes universitarias de los casos de acoso que se han vuelto frecuentes.
En sus redes sociales publican las denuncias anónimas de las estudiantes, sus fotos en Instagram dan cuenta de las graves problemáticas de acoso que se presentan en las universidades. Uno de sus posts dice “Ya no te puedes negar a salir conmigo porque yo sé dónde vives”, una frase le dijo un profesor a su estudiante después de confesarle que un día la había seguido hasta su casa. Como ésta, decenas de denuncias anónimas llegan a sus redes y el colectivo protege, sobre todas las cosas, la identidad de quienes se atrevan a contar su historia.
Ver esta publicación en Instagram
Margarita Restrepo, una de sus cofundadoras, ha logrado crear una comunidad de 10 mil seguidores con la que logró salir favorecida en una convocatoria de ONU Mujeres Colombia y, gracias a esto, ha realizado productos radiales enfocados en denunciar las formas de violencia de género en las instituciones de educación superior. Sus mensajes circulan por emisoras universitarias y comunitarias del país. Han trabajado también con la Secretaría de las Mujeres de Medellín, ONU Mujeres y el Parque Explora, entre otras entidades.
Por el lado de la política, las mujeres han estado en la búsqueda de la redistribución del poder y justicia feminista. En esa lucha nació el Movimiento ‘Estamos listas’, que arrancó con su primera Convención Nacional Feminista en Honda, Tolima reuniendo alrededor de 3 mil activistas de 27 diferentes países, 26 departamentos y 177 municipios de Colombia. El encuentro espera respaldar la llegada a la presidencia 2022 de mujeres con agenda feminista siendo Angela María Robledo Gómez y Francia Márquez los grandes liderazgos del movimiento que aspiran a llegar al cargo. Este movimiento político participará en las elecciones presidenciales del próximo año.
Son miles de mujeres jóvenes las que buscan hacer oír su voz para cambiar las cosas, una pelea que un puñado de mujeres empezó a dar desde los años 90, cuando se metieron en un lugar en el que no había espacio. En medio de hombres con apellidos prestantes y dónde la figura de mujer solo la representaba una esposa modelo, madre y ama de casa, cuya única función era la de acompañar al que realmente tomaba las decisiones. Se metieron cuatro mujeres en medio de 51 hombres, influyendo en una de las decisiones más importantes de la historia de Colombia, la constituyente de 1991, que abrió camino a los colectivos feministas que se conocen hoy en día
Entre esas está Beatriz Quintero, la directora de la red nacional de mujeres, la primera gran plataforma feminista que se formó en esta lucha. La red agrupa a 16 grupos en Bogotá, Santander, Tolima, Bolívar, Barranquilla, Puerto Colombia, San Andrés, Chocó, Medellín, Risaralda, Caldas, Valle, Cauca, Magdalena Medio, Ubaté y Pasto.
Hubo una época en Colombia en la que matar a una mujer por ira e intenso dolor era legítimo, su pareja por celos podía maltratar a su esposa sin que le pasara nada. La voz de estas mujeres en el debate de la Constituyente permitió hacer ver que esa violencia contra las mujeres debía ser considerado un delito que requería una reglamentación, igual que la violencia intrafamiliar. Ahí fue que la sociedad colombiana empezó a entender que la violencia contra la mujer es inaceptable.
Junto a esto, otro logro de esta red que agrupa 63 organizaciones de mujeres y mixtas, de 14 ciudades del país, es que ahora nadie se atreve a decir que una mujer no es igual a un hombre, por lo menos de palabra, aunque la realidad no lo demuestre. Estas feministas lograron también instaurar una idea de que una paz solamente es sostenible y posible si las mujeres intervienen y se tienen en cuenta en esa construcción. El acuerdo de paz que se firmó con enfoque de género, es una victoria para recordar.
La red Nacional de mujeres ha trabajado estos 30 años con cuatro ejes específicos: participación política y construcción de ciudadanía de las mujeres, eliminación de las diferentes violencias ejercidas contra las mujeres, participación de las mujeres en procesos de construcción de paz y la lucha por los derechos sexuales y reproductivos. Abrieron un camino “largo y culebrero” para los colectivos que han llegado con el paso del tiempo, así como las sufragistas les dejaron la posibilidad de votar, Beatríz y su colectivo quiere dejarle a las mujeres jóvenes una sociedad en la que ellas se sientan iguales integralmente y libres de violencia.