El 31 de marzo de este año un grupo de activistas políticos decidieron no regresar a sus casas al finalizar la manifestación multitudinaria contra la Ley del Trabajo y ocupar durante la noche la Plaza de la República. La plaza ha pasado ocupada más de 190 noches, y el movimiento contestatario sigue en pie en París y en varias ciudades francesas.
El movimiento tiene sus antecedentes en las discusiones sobre la Ley del Trabajo o Ley El Khomri -apellido de la ministra de Trabajo del gobierno del presidente François Hollande-, animadas por el economista y sociólogo Frédéric Lordon y François Ruffin, periodista fundador de la revista satírica e independiente "Fakir" y realizador del documental: "Merci Patron" (Gracias patrón).
Este documental satírico o "comedia documental", cuenta la historia de una pareja de obreros de la fábrica de vestidos Kenzo que son despedidos por la reubicación de la sede de producción en Polonia por el grupo LVMH, del cual hace parte la marca, propiedad de uno de los hombres más ricos de Francia, Bernard Arnault. La película fue proyectada la noche del 31 de marzo en la Plaza de la República en presencia del realizador como un acto fundador de la Nuit Debout.
Nuit Debout es un movimiento espontáneo que lleva más de cinco meses ocupando la Plaza de la Républica y participando en más de doce huelgas contra la Ley del Trabajo. Los activistas son jóvenes bachilleres, universitarios, estudiantes de Ciencias Políticas, de Bellas Artes, profesores, economistas, investigadores, sindicalistas, desempleados, habitantes de la calle, jubilados, curiosos, transeúntes, músicos, malabaristas, etc.
Nuit Debout es un movimiento horizontal sin líder, sin vocero oficial, sin plataforma de reivindicaciones, sin proyecto. Es una "convergencia de luchas", un sitio de encuentro, un laboratorio de la "palabra libre", para expresarse, hablarse, para confrontar la Ley El Khomri, para inventar una nueva forma de hacer política sin pasar por los sindicatos ni por los partidos políticos; para luchar contra la estructura neoliberal que domina el mundo.
Este movimiento social y plural está organizado en Asambleas Generales y en comisiones sometidas a un voto. Veamos algunos ejemplos de las comisiones: educación popular; feminismo; por una verdadera desobediencia civil; cómo vivir en comunidad y sin dinero; violencia de Estado contra los estudiantes; violencia racista; violencia del capital; capitalismo financiero; contra la Ley del Trabajo; autogestión; autoproducción; logística; TV Debout; Radio Debout; manipulación de la información; refugiados de Siria; cuestión Palestina; política como eje central de la vida, etc.
Pese a las acciones del movimiento y las demás protestas el pasado martes 9 de agosto el Diario Oficial publicó la Ley del Trabajo promulgada por François Hollande. La Ley El Khomri fue aprobada por el Gobierno de la República utilizando tres veces el artículo 49.3 de la Constitución Francesa que da plenos poderes al ejecutivo para aprobar las leyes sin pasar por el voto de la Asamblea Nacional. Las principales disposiciones de la Ley son:
- Reescribir íntegramente el código laboral en los próximos dos años.
- Los acuerdos de la empresa primarán sobre los acuerdos del sector. Los sectores industriales serán reestructurados. Se pasará de 700 a 200 sectores en dos años.
- Una empresa que tenga pérdidas de dos a cuatro trimestres seguidos, podrá despedir a sus empleados.
- El empresario podrá aumentar el tiempo de trabajo (actualmente 35 horas por semana). Se modifica el pago de las horas extras.
El gobierno social-liberal del presidente François Hollande hizo una reforma radical del Código de Trabajo que ni siquiera estaba en el listado de 60 proposiciones de su programa de gobierno como candidato a la Presidencia de la República. El presidente francés hizo lo que su predecesor, el ultraliberal Nicolas Sarkozy, nunca se atrevió a hacer.
Con esta reforma se invierte la jerarquía de las normas, otorgándole la primacía de los acuerdos a cada empresa para negociar directamente con sus asalariados, eliminando así los acuerdos por sectores industriales, conquista de los obreros franceses en 1936 durante el gobierno de Léon Blum.
Durante la época del Frente Popular (1935 – 1938) se contabilizaron 12.000 huelgas, 9.000 tomas de fábricas y 2 millones de trabajadores paralizaron el país obteniendo el reconocimiento al derecho sindical, una ley sobre la jubilación de los mineros, otra sobre el subsidio de desempleo, la semana de 40 horas laborales y dos semanas de vacaciones pagadas al año. Por primera vez en la historia del movimiento obrero francés, las reivindicaciones se ganan en la calle, siendo la de mayor impacto social, las vacaciones pagadas. Éstas permitieron a los obreros visitar a sus familiares en el campo o viajar a conocer el mar. Henri Cartier-Bresson, Robert Doisneau, Robert Capa y Willy Ronis, hicieron fotos memorables de las vacaciones de los obreros franceses en 1936. Después el cineasta Jacques Tati haría de este fenómeno socio-cultural, en 1953, una famosa película: "Las vacaciones del señor Hulot".
Desde hace 40 años los industriales consideran el Código de Trabajo un freno para la creación de empleo y proponen flexibilizar la contratación y el despido de sus empleados. De este modo buscan mejorar el funcionamiento del mercado del trabajo para aumentar el crecimiento económico, en detrimento del alcance de los derechos laborales.
La Ley El Khomri permite que los acuerdos de empresa sean menos favorables para los asalariados que los acuerdos de sector. Cada empresa tendrá su propio Código de Trabajo y cada patrón podrá bajar los salarios, aumentar las horas de trabajo, eliminar las primas, reducir el pago de las horas extras, y despedir a los empleados cuando la empresa no logre ganancias, cuestión que alivia a los pequeños empresarios.
La cerise sur le gâteau -- joya de la corona-- de la Ley del Trabajo es quitarle poder a los sindicatos mayoritarios para negociar con los empleadores, permitiendo a los sindicatos minoritarios que representen solamente al 30% de los empleados, validar los acuerdos empresariales a través de un referendo.
Después de cinco meses de confrontación social, de intereses y de lucha de clases, los activistas de Nuit Debout proponen la huelga general como única solución para tumbar la Ley El Khomri, e impedir el derrumbamiento del "estado social" francés, llamando a "una convergencia de luchas", la cual implica una movilización masiva de todos los huelguistas de diferentes horizontes: obreros, campesinos, estudiantes, empleados públicos y del sector privado, desempleados, jóvenes segregados de la periferia urbana, etc.
Los sindicatos por su parte proponen huelgas escalonadas y manifestaciones periódicas para "presionar" al gobierno a "ceder". De poco ha servido este mecanismo de protesta dado que a la fuerza el gobierno socialista aprobó la reforma. A este proceder del gobierno no se hicieron esperar las protestas callejeras, las cuales fueron reprimidas violentamente por instrucciones del Primer Ministro Manuel Valls.
El movimiento social contra la Ley del Trabajo ha sido mediatizado garantizando los intereses financieros de la clase dominante. Los noticieros de televisión no se cansaron de mostrar las violentas imágenes de los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía, aterrorizando así a los televidentes y justificando la represión a la contestación callejera.
Los periodistas de la radio, los editorialistas de los periódicos, los expertos en conflictos sociales, los analistas de turno, los voceros de los partidos políticos, entre otros representantes del establecimiento, se dedicaron a desprestigiar el movimiento contestatario y a predicar la necesidad de la reforma, criticando de esta manera la hostilidad de los franceses a todo tipo de cambio. Esto se hizo mostrando solamente las consecuencias de las protestas contra la Ley del Trabajo, siendo algunas de ellas: los bloqueos a los sistemas de transporte público, los puertos, las refinerías, los paros escalonados, las manifestaciones callejeras y el enfrentamiento con las fuerzas del orden.
Los propietarios de los medios de comunicación más influyentes en Francia son los grandes grupos industriales y financieros que han hecho fortuna en la aviación, el transporte, la construcción o la industria del lujo y la belleza.
En la sempiterna alianza gobierno - empresarios todos están de acuerdo en la sociedad que quieren construir y en los intereses económicos que tienen que defender: legitimizar las virtudes del mercado, del liberalismo económico, homogeneizar la sociedad, aceptar las reformas, no hacer huelga, no interrumpir los exámenes, no bloquear los transportes públicos ni los puertos, no alterar el orden público, ver televisión y acostarse...
Con las vacaciones de verano en Francia, el movimiento Nuit Debout ha disminuido y son pocos los activistas que continúan ocupando la Plaza de la República. Para el 31 de agosto se ha convocó a un gran acontecimiento para reanudar las acciones políticas en París y en las otras ciudades francesas y preparar desde ahora la próxima huelga nacional del día 15 de septiembre. Sin importar que la Ley El Khomri ya fue promulgada, los sindicatos y activistas políticos continúan las movilizaciones contra el liberalismo económico de François Hollande y el desmantelamiento silencioso del estado social francés.
Para el filósofo Alain Badiou, Nuit Debout va a dejar huella en la historia política francesa. Descarrilará el orden de las cosas, buscando una nueva forma de hacer política para transformar el mundo neoliberal, proponiendo la huelga general contra el capital y una República Social. Nuit Debout va a transformar la situación política en Francia, esto tomará su tiempo...
