Profesores, administrativos y estudiantes están de acuerdo con las 'chazas', una forma de ganarse la vida en la universidad. Según una encuesta realizada hace un año el 86 por ciento de los estudiantes, el 27% de los docentes y el 37% de la administración aprueban las ventas estacionarias.
Arepas, gaseosa, ropa, películas son algunos de los productos que se venden en las famosas 'chazas' puestos de ventas ambulantes que están en gran parte de la Universidad Nacional de Colombia- Sede Bogotá, según un informe del 2014 revela que, "Las ventas estacionarias, según el resultado de la encuesta, no se ubican en un espectro colectivo de incumplimiento de la norma o como una problemática en términos de convivencia sino, al parecer, juegan un papel más cercano a las nociones de bienestar y movilidad social".
Sin embargo, en la investigación se realizaron diferentes preguntas de auto-reporte, es decir, que los sujetos hablaran de sí mismos y de su sistema de valores al momento de contestar. "La venta estacionaria, que recibe aprobación mayoritaria por parte de la comunidad universitaria, no es sin embargo un fenómeno que no contenga aspectos problemáticos para la comunidad. Es sabido entre los estamentos que quienes venden no son sólo estudiantes necesitados sino externos también; ciudadanos que ingresan al campus mercancías para la venta y que en algunos casos lo hacen para apoyar a sus hijos o familiares estudiantes o en otros, para monopolizar el campus", reveló el informe.
¿Quiénes venden?
Aparte del cuerpo estudiantil, se habla sobre las mafias. Personas que no pertenecen a la academia pero, que se lucran de las ventas que generan las 'chazas', estos dan mercancía a los estudiantes aprovechándose de su situación económica. “Las chazas no son de los estudiantes y se está utilizando al estudiante. Se están aprovechando de las necesidades de los estudiantes, uno ve estudiantes en chaza que les pagan como mil pesos la hora por estar ahí. Van leyendo, luego se van a su clase, llega otro estudiante. Hay mafias ya, y lo peor para mí, he visto que les crean a los estudiantes una vida fácil”, así afirmó un docente a la universidad.
“Yo soy cliente fiel. Pero hay un problema grandísimo y es cuando se monopolizan las chazas y una sola persona compra seis chazas y pone a estudiantes a trabajar ahí”, dijo un estudiante de la Universidad Nacional.
Por otra parte, se proponen alternativas para acabar las mencionadas mafias que afectan a la universidad. "A mí me molesta porque se están aprovechando de un espacio que si bien es ilegal para todos para los estudiantes es menos ilegal, pues
nosotros
estudiamos ahí " manifestó uno de los encuestados. Dentro de las alternativas están la carnetización, cooperativas de trabajo, una política de formalización, etc.
"Cooperativas de trabajo estudiantil; le pongo el kiosco en unas condiciones dignas y saludables de trabajo, el producido es suyo pero el puesto es mío, y con eso lograríamos evitar la base de la cartelización”, reveló un docente.
Finalmente, el estudio hace un llamado a todas las facultades a desarrollar proyectos desde la perspectiva de la innovación social para dar solución a las ventas estacionarias 'chazas'. La universidad propone desarrollar unas propuestas orientadas a solucionar la problemática a partir de Bienestar Universitario y de oferta institucional, entre las soluciones para están primero, pensar la venta estacionaria como un espacio de transición entre la universidad y la ciudad.
Segundo, iniciar una discusión en cuanto a la venta estacionaria desde una perspectiva de lo formal. Proponer mercados estacionarios temáticos, propios de la comunidad. Días en que el campus abra una zona intermedia entre la universidad y la calle para recibir vendedores.
Y por último, que haya un proceso de discusión con estudiantes comprometidos con la venta 'chazeros' interesados, profesores, directivas, etc. Un encuentro de iniciativas y buenas prácticas por parte de las demás sedes, entre otros.
