Un fenómeno que se ha observado en las universidades colombianas es la reducción paulatina de estudiantes. Hay muchas variables que explican esto. Una puede ser el cambio demográfico, en el que las familias colombianas ya no tienen muchos hijos en promedio. Otra puede ser que los contenidos de la universidad no necesariamente los demanda el aparato productivo o también está que la inversión que se realiza al estudiar no compensa en promedio los salarios recibidos, entre otras.
No obstante, la universidad no es solo una institución intermedia para conseguir trabajo, sino también que ayuda a comprender la realidad, dado que la adquisición de competencias tanto duras como blandas contribuye a hacer un mejor ciudadano, un mejor padre o madre de familia, un mejor hijo o hija, un mejor amigo o amiga, dado que la adquisición de conocimiento mejora profundamente la solución de los problemas del día a día.
Sin embargo, con estas dos miradas, por un lado la que dice que la universidad se está cayendo y la otra lo funcional de la misma, las universidades en promedio en Colombia se han convertido en centros comerciales, unas instituciones que apuestan por mantener su mercado. Ejemplo de ello son las siguientes maneras:
- Construcción de edificios para aumentar la oferta, aunque no haya suficiente demanda.
- Construcción de lugares donde los estudiantes pueden tomarse fotos y subirlas a sus redes sociales. Un caso típico es construir espacios instagramer.
- Tratar a los estudiantes como niños y niñas. Tenerles consejeros académicos, psicólogos, tutores, etc.
- No exigir. Profesor que exige, profesor que se va.
- No son estudiantes, son clientes.
- Profesores que no tiene como mínimo Maestría enseñando en universidades.
- Salarios mediocres y con exigencias de ser doctores, aunque pagan como si los profesores que tienen el título tuvieran un pregrado.
- Poco o nulo apoyo a la investigación. Poca transferencia y en consecuencia, actualización de syllabus.
- Poco o nulo apoyo en salidas internacionales, que reduce los procesos investigativos a ser monógamos.
- Rotación constante de profesores que reduce la trazabilidad histórica de procesos.
- Universidades con más cafeterías que laboratorios.
- Padres que van a la universidad a imponerse porque son los que pagan, en algunos nichos de estudiantes.
En suma, las universidades parecen ser más centros comerciales que espacios pedagógicos de adquisición de competencias para adaptarse al cambiante mundo.