Las críticas que han marcado la vida de Laura Acuña ha sido, en gran parte, consecuencia de sus relaciones. Las mismas que la han llevado a ser un personaje de amores y odios. Y es que la presentadora nacida en Bucaramanga que comenzó desde muy joven como modelo y a presentar en un canal regional, le debe su presencia en la televisión nacional al presentador Camilo Montoya, con quien no solo se casó en el 2005, sino quien la impulsó para ingresar como conductora al programa Muy buenos días del canal RCN. Sin embargo, la relación no pelechó y al año de casados Montoya y Acuña decidieron separarse.
Los rumores del divorcio iban y venían. Mientras las versiones de la separación abundaban en los titulares de los medios de farándula. Se decía que Montoya le pegaba a la presentadora y por eso habían terminado, así como de que hubo una posible infidelidad.
Y es que, a raíz del divorcio, Laura comenzó un nuevo y fulgurante romance de la mano de José Gaviria, el productor musical y jurado del Factor X, con quien sostuvo una relación que se convirtió en objeto de comidillas de las revistas de farándula, ya que muchos aseguraron que esta había nacido justo cuando Laura era pareja de Montoya. Sin embargo, después de tres años juntos fue José Gaviria quien le dijo adiós a la presentadora.
En medio de su despecho, Acuña acudió a los brazos del empresario joyero Rodrigo Kling, que había conocido, un año atrás, en la inauguración de una de sus joyerías Bauer y que se convirtió en uno de sus mejores amigos. Pero no fue hasta junio del 2010 que contrajeron matrimonio en Miami donde fueron casados por el padre Chucho.
Buscando formar un hogar, compraron una casa en La Calera en Bogotá, en un lujoso condominio privado y luego se propusieron a tener hijos. Pero Laura no corrió con suerte y luchó durante más de tres años por quedar embarazada. Lloraba todos los días, lo que la llevó a que su matrimonio tambaleara, por lo que incluso, le sugirió a su esposo adoptar o divorciarse, según lo comentó la presentadora a Vicky Dávila en W Radio. Pero no fue hasta 2017 cuando logró su cometido: tener a su primogénita Helena. Un año después llegaría Nicolás, su segundo hijo.
De sus relaciones anteriores, Laura aprendió a guardarse las cosas, por eso, se volvió más reservada. Sin embargo, ser un personaje famoso tiene su precio. Por eso, a comienzos de 2022, ante la ausencia de fotos junto a su esposo en redes sociales, se especuló un posible divorcio de la pareja. Pero meses más tarde, la presentadora volvió a postear una fotografía junto al empresario y a sus hijos lo que alejó las dudas.
Lo que Laura no veía venir era la tormenta de acusaciones que envolverían a esposo Rodrigo Kling, ya que según la Agencia de Periodismo Investigativo API, Kling estaría involucrado en un presunto lavado de activos y en la muerte de Carlos Peña, exempleado del empresario, quien radicó la denuncia ante la Fiscalía y que fue asesinado 10 días después de hacer la acusación. Todo un escándalo que sin duda salpica el nombre de la presentadora del programa La Voz.