Con la elección de Daniel Quintero para la alcaldía, los habitantes de Medellín privilegiaron una vez más la independencia frente a los partidos y la clase política.
"Sin partidos ni jefes políticos" fue el eslogan de campaña de Daniel que caló hondo en el sentimiento ciudadano. De los temas que le dieron el triunfo a Quintero hay tres de especial relevancia:
1. Los medellinenses cada vez votan más informados, con mayor madurez y visión, de ahí el notable avance de la ciudad. Es muy alentador saber que las maquinarias no funcionan y que los habitantes de la ciudad, al menos en este caso —el del alcalde— no se dejan arrastrar a votar por el que diga su jefe político.
2. Su historia personal. Los habitantes de Medellín, de todas las generaciones, que hemos crecido en sus barrios, nos vemos reflejados en él. Su origen humilde, su lucha personal, sus esfuerzos para estudiar, sus emprendimientos, su tenacidad, todo eso lo convierte en un modelo para miles de jóvenes de la ciudad que han vivido o están viviendo la misma historia.
3. EPM. En Medellín todo el mundo dice que EPM no se toca. Y eso se ha interpretado por los líderes políticos como que de EPM no se puede hablar mal. Los medellinenses quieren tanto su empresa que aparentemente no soportaban (o eso nos han hecho creer los políticos de la ciudad) que se sacarán a la luz casos de corrupción o ineficiencias. De manera que si han ocurrido tales cosas en la empresa paisa, nunca nos enteramos. Tenemos muy buena imagen de la empresa y no queremos que nos la dañen. EPM es tan grande y arroja tan buenos resultados que nadie se preocupa de escudriñar su desempeño. Se aplica el dicho "mientras los resultados sean buenos, ¿cuál es el problema?". Daniel se atrevió a denunciar las irregularidades de Hidroituango. Cuestionó los malos manejos de parte de la empresa o del constructor contratista encargado de la megaobra. En su momento mucha dirigencia paisa se le vino encima, algunos quizás por su amor por la empresa y otros, tal vez porque estaban involucrados en los asuntos denunciados.
Creo que muchos electores tenían un sentimiento guardado. No lo hacíamos público. Queríamos saber la verdad sobre la obra más grande del país (Hidroituango) y al mismo tiempo, la verdad de lo que pasa en EPM por dentro. Es uno de esos anhelos que no se dicen por temor a una respuesta contraria o a un señalamiento. Cuando Quintero empezó a denunciar quisieron callarlo restándole importancia al tema y tildándolo de "antipatriota" (patria chica). Pero esa inquietud se quedó dando vueltas en la cabeza de muchos y fue un motivante para su elección.
Medellín no se dejó polarizar. Un candidato la puso a pensar, no en ideologías políticas sino en temas fundamentales para la ciudad. ¡¡Qué bueno!!