Rige ya la Ley de los Viringos
En la Colombia de 2016 no se necesitó que fuera presidente el señor Núñez o el señor Caro, como cuando decretaron la terrible Ley de los Caballos en 1888. En ese entonces persiguieron, amedrentaron y redujeron a su mínima expresión a la libertad de prensa y pensamiento y las garantías ciudadanas. Por estos días, y obedeciendo las intenciones del general Nieto, director de la Policía, el Congreso de la República, acaba de aprobar un Código de Policía abusivo. Pero lo que es peor, con el visto bueno del presidente Santos y del procurador Ordoñez, que enmudecieron de repente, los policías de Colombia quedaron autorizados en silencio para desnudar a cuanto detenido quieran, para dejarlos sin ropas en las estaciones de policías y para en ruedas de presos tomarles fotografías con las manos atrás consiguiendo que muestren morbosamente su pipí. Rige la Ley de los Viringos. Pero lo peor es que nadie protesta. Los medios la tapan y las Asociaciones de Derechos Humanos, enmermaladas con la paz, hunden la cabeza como el avestruz.
¿Qué pasa en Fedequinas?
Colombia es un país de los caballos de paso más finos de América. Para conservar ese nivel, existe una Federación que reúne todas las asociaciones regionales de caballistas. Pero desde hace un par de meses la sombra de la sospecha ronda por sus cercanías. La salida de su presidente, luego de que se dejó oír la grabación de uno de los jueces que califican las competencias, parece haber comenzado a reventar la cincha. Las dudas sobre las injerencias de un criadero exitoso a la hora de los juzgamientos, llevaron a obligar, por resolución a los jueces, a que tienen que hacer público en pantalla visible para los espectadores, el puntaje que le asignan a cada caballo en competencia. Ante esa medida, 6 de los 12 jueces de grado A entraron en huelga y se resisten a ejercer en tales condiciones. Las competencias de grado A de este mes en Popayán, Pensilvania y Pereira, tambalean. ¿Se quedarán sin jueces o sin el sofá del cornudo?
El Idea perdió $26.892 millones
El Instituto de Desarrollo de Antioquia registró en su balance ante accionistas esta semana una pérdida en el ejercicio de 2015 de $26.892 millones de pesos. Este ente descentralizado para el apoyo de gestión y financiero de los proyectos de los municipios paisas, es el dueño mayoritario del proyecto de Hidroituango. Y aunque su balance está maquillado a lo paisa, echándole como en EPM tierra al popó del gato, no deja de preocupar revisando números y datos, que esa institución parecería haber sido usada como la caja menor de la gobernación Fajardo y que los giros para financiar programas sociales del ahora candidato presidencial de los oligarcas antioqueños, fueron bastantes y que el equilibrio de caja se perturbó en más de una oportunidad. Valdría la pena que el gerente del Idea o el gobernador Luis Pérez, nos explicaran lo que de verdad pasó y que en el Idea no suceda lo de Guatapé.