LO DEL LLANO: UNA MUESTRA DE DESGOBIERNO
La crisis que genera la siempre endeble carretera al Llano podría ser la mejor manera de corregir el desgobierno que nos inunda. Si desde la Casa de Nariño se nombrara un coordinador general de las acciones a realizar y este organizara un gran puente aéreo para pasajeros, subsidiado por el estado para que no exploten las compañías aéreas las necesidades de los llaneros. Si así mismo se organizara otro puente áereo en aviones de las FAC para llevar y traer alimentos de primera necesidad. Si con el mismo ímpetu se decretara un horario de uso para las carreteras del Sisga y de Sogamoso con patrullas motorizadas de policía y equipos permanentes de reparación de las dos vías, mientras dure la emergencia, para que en horas nocturnas se traiga el ganado y la carga y en las diurnas transiten los buses y automóviles y se diera también un subsidio a cada pasaje para amainar el golpe de la crisis. Si todo eso se hiciera, se sentiría que hay gobierno.
LOS ARMITACHES SON LA NUEVA PESTE EN CALI
La genialidad del alcalde de Cali Maurice Armitage no cesa de dar demostraciones ni siquiera ahora que entra en la recta final de su período.A la manera poco eficiente como importó desde Bogotá un Secretario de Seguridad, unió un secretario de Movilidad, también llevado desde la capital del país, y ninguno de los dos dio pie con bola. Al de Movilidad le hicieron un debate en el Concejo Municipal el pasado miércoles donde salieron a relucir costos y estupideces del presunto programa de agilización del tráfico en Cali. Los concejales nos contaron que Armitage se ha gastado 60.000 millones en adquirir taches, bardillas y tubulares que colocadas en unas calles ya estrechadas por el MIO no vuelven expedito el tránsito sino que generan la ira de los caleños. Es de tal magnitud lo sucedido que los habitantes de la ciudad llaman a todos esos estoperoles y adminículos de estorbo como “los armitaches”.
LA GUERRA DE LOS DECAPITADOS
Ha llegado a tal extremo el amodorramiento de la sociedad frente a la utilización del crimen atroz como herramienta de poder y venganza que en mi Tuluá natal, donde hemos vivido todas las guerras, se ha desatado una nueva: la de los decapitados y a nadie parece sorprenderles. Quizás porque la metodología de cortar cabezas es fruto de la influencia que últimamente tienen los mexicanos en el negocio de la droga.Quizás porque para la Policía la batalla no pasa de ser entre un par de bandas, las de La Inmaculada y las de La Santa Cruz,que ni jefes tienen. Es tal el amodorramiento que a ningún político en campaña le produjo reacción.Se evadió el tema y las autoridades ,curiosamente, minimizaron la noticia de que un par de horas después de encontrar la cabezas cortadas mataron otros dos a quienes les atribuían el mismo oficio de los decapitados: distribuir minidosis de alucinógenos a domicilio. O no quieren armar el rompecabezas como es debido o lo quieren decapitar para que no se conozcan los verdaderos explotadores de la guerra.