La CVC al oculista
Dilian Francisca Toro, quien ejerce de gobernadora del Valle, pero que es médica de profesión, debería mandar a la CVC a un oculista. Esa corporación, una de las más adineradas de Colombia, no usó la vigilancia satelital sobre la Importante laguna de Sonso para darse cuenta que unos agricultores inescrupulosos, (y probablemente un ingenio azucarero que contrató la tierra para su producción futura), había adecuado para cultivo de caña con maquinaria pesada casi 100 hectáreas arrebatándoselas a la legendaria laguna. Para tratar de calmar la embarrada monumental, la CVC ha hecho una escandalera mediática porque descubrieron que en el relleno sanitario de Yotoco botan al rio Cauca lixiviados en cantidades mayores a las autorizadas. Pero obviamente, por su ceguera, que Dilian debe mandar corregir inmediatamente, tampoco ven todos los otros focos a lo largo del rio Cauca donde botan hectolitros de lixiviados o de vinazas, subproductos de la operación agrícola o industrial.
Radioterapia dañina
La radioterapia preventiva que los médicos le han recomendado al vicepresidente Germán Vargas Lleras es dañina para el futuro del país porque siembra dudas sobre la vigencia de un actor principalísimo de su inmediato futuro. Aun cuando los diagnósticos del médico que lo operó no muestran evidente malignidad en el tumor extraído, el tuiter que el mismo Vargas Lleras envió anunciando que se sometía a radioterapia, son suficientes para que los colombianos creamos y lo acompañemos en su batalla para recuperar la salud. Miles y miles de colombianos han ido a radio o a quimio y han derrotado el mal de estas épocas. Vargas Lleras, quien perdió parte de su cuerpo con el paquete bomba que le estalló en las manos y se salvó de morir en pedazos con la otra bomba que le pusieron a su carro, seguramente va a librar esta nueva jornada con la entereza que le caracteriza y con la solidaridad de millones de compatriotas esperanzados en su futuro.
Reficar: tela para cortar
En el escándalo de Reficar falta mucha tela para cortar. La actuación de los miembros directivos de la empresa debe ser cuestionada pública y minuciosamente y ellos deben contribuir mostrando a los colombianos su balance de bienes y sus declaraciones de renta. De la misma manera debe auscultarse la determinación de los ministerios de Minas y Hacienda de permitir que el Eximbank les impusiera al contratista. Y ni qué decir de oír por qué la sordera de las directivas de Reficar y Ecopetrol ante la retirada de Glencore y las advertencias que hacía la contralora Morelli. Fueron tan grotescas que exigen un tratamiento no exactamente de otorrinos pero tampoco de unanimismos mediáticos santistas. Fueron los gobiernos de Uribe y Santos los que no vieron la catedral del despilfarro que se levantaba. Y es el Minminas de ahora y el de antes, que ahora ejerce de ministro de Hacienda, y el presidente de Ecopetrol los que deben decirnos por qué siguen refinando crudo que cuesta 40 dólares extraerlo para venderlo a 25.
@eljodario