Balcanización
Se conoce como “balcanización” el proceso de división en países pequeños que sufrió la península balcánica luego de la Primera Guerra Mundial. Eso mismo puede pasarle a Colombia si el gobierno de los Santos acepta las insistencias de las Farc en la mesa de La Habana, en pedir territorios inexpugnables donde ellos serían dueños y señores y no regirían las leyes ni las autoridades constitucionales. Colombia podría quedar dividida en pedacitos y podríamos repetir la cruenta y estúpida división en Estados Soberanos que se patrocinó en el siglo XIX y que llevó a un rosario de guerras civiles y constituciones cambiadas con facilidad, a las que no puso fin sino la Carta de 1886, que restableció la unidad nacional. Ningún colombiano que sepa y entienda de historia aceptaría esa locura que proponen las Farc, pero como quienes deciden no somos los ciudadanos del común sino Enrique y Juan Manuel Santos, es mejor que nos vayamos alistando.
Manejadores
Muy malos ratos deben estar pasando por estos días los conocidos lobistas, comunicadores, asesores y manejadores de imagen Juan Mesa y Camilo Cano, socios y directivos de Comunicaciones Estratégicas por todo lo que pueda decir el autoinculpado Luis Bedoya ante la Fiscalía de NY. Fueron ellos mismos quienes se vanagloriaron y así lo publicaban en su brochure que “Proyectamos a la FCF y a su presidente Luis Bedoya como la institución que le dio un vuelco al fútbol colombiano y que logró clasificar a la Selección Colombia de Mayores al Mundial Brasil 2014”. A través de entrevistas y apariciones en medios de impacto nacional, se ha logrado destacar la gestión del Presidente de la FCF, mejorando su posicionamiento y elevando la reputación de la Federación. Además, logramos mejorar el relacionamiento con sus audiencias externas, que permitieron la consecución de nuevos patrocinadores para la Selección Colombia”.
Garrotazo
La aprobación a marchas forzadas por el sumiso Congreso Nacional de la ley que convoca el plebiscito y establece el umbral en solo el 13 %, es un garrotazo que puede subir la esperanza de la paz a la altura de los mejores jonrones del béisbol, pero que deja tendida la voluntad de la mayoría que garantiza la Constitución. Cuán fácil será de ahora en adelante para un chafarote que quiera imitar a Chávez en nuestro país, montar un plebiscito para quedarse en el poder. Bastaría apoyarse en las armas constitucionales inconformes o en las que una minoría como las Farc o las bacrim puedan alcanzar a tener (o sacar de sus caletas después del armisticio) para instaurar una dictadura. Parecería que no nos volvimos locos con la guerra pero ahora nos estamos ahogando con la paz.
