Amilkar la montó
Amilkar Acosta parece haber logrado lo que los colombianos esperaban hace rato: que Santos rompiera cobijas con Vargas Lleras. En una batalla que parece muy bien planeada por los liberales que necesitan atajar políticamente al vicepresidente en su carrera por la primera magistratura, Amilkar, actuando como presidente de la asociación de gobernadores no invitó formalmente a Vargas Lleras al evento en donde mandatarios salientes y entrantes se reunirían. Le envió una nota igual a la que se le manda a los que aprovechan esas reuniones para montar su stand y exhibir productos o servicios. Con ese gesto y la presencia de solo ministros liberales en la reunión, se armó la gorda y Vargas Lleras se llevó a los gobernadores para una comida en el restaurante Neruda a demostrar su poder frente a las trapisondas liberales, la que se realizó paralela a la inauguración del evento.
La chequera
El presidente Santos, enterado por sus fieles cancerberos liberales del gabinete, no enfrentó a Vargas Lleras ni a sus tres funcionarios de alto rango (Minvivienda, Mintransporte y Supernotariado) sino que al día siguiente, ante los mismos gobernadores, dijo que quien tenía la chequera del gobierno era él. Como quien dice, que Santos se cansó de que su vicepresidente recorra el país firmando contratos de obras públicas y, con su estilo ambiguo, le ha advertido públicamente a Vargas Lleras que él prefiere jugársela por los liberales para montar el gobierno del posconflicto que con él, que no musita palabra alguna por la paz. ¿Quiere decir eso que Santos se la jugaría por De la Calle, como lo quiere las Farc, o por Simón, como lo pretenden Samper y Gaviria?
¿Quién financia?
En medio del horror y el repudio por lo sucedido la noche del viernes 13 en París y las amenazas del presidente francés y de los aliados en seguir luchando (léase bombardeando) paralelamente con Rusia contra Isis y sus tropas islámicas, pocos o ninguno han estado averiguando quien financia a ese ejército de dementes asesinos. Desde cuando comenzó a tomarse territorios de Irak y Siria, los medios occidentales se han negado a dos cosas protuberantes: a decir quien es el verdadero jefe de Isis (para no caer en el error en que cayeron con Sadam) y mucho menos a mostrar cuáles son los países musulmanes, o del Golfo, que han financiado esta horda de criminales, destructores de ruinas arqueológicas y generadores del pánico universal.