En la guerra de Ucrania escuchamos voces a favor de Ucrania y otras en contra de Rusia, lo que si es cierto es que las guerras traen consigo muerte, trizteza, enfermedades mentales como depresión, estrés postraumatico y demás, ubicarse de un lado u otro es una delgada linea entre estar del lado de la democracia o del lado del comunismo; una nueva cortina de hierro en pleno siglo XXI.
Veo con profunda preocupación un posible escenario bélico que escale a instancias mayores, ¡hay algo más en juego! la economía y hegemonía de un país que ha ido perdiendo fuerza de influencia mundial frente a uno que quiere reemplazarlo, sí ya se imaginan de quien hablo.
China es el jugador número tres del conflicto, aunque no usa armas letales, utiliza la economía como medio para lograr sus objetivos que a largo plazo logrará.
El mundo tiene muchos años en los que el color rojo vuelve a aparecer como una amenaza para el mundo occidental, la influencia militar y económica ya está presente en latinoamerica y el resto de lo que denominan como el tercer mundo.
Un jugador ¨espectador¨ será arrastrado en la guerra económica, les hablo de Europa. Un empobrecimiento de los ciudadanos europeos por seguir el ¨juego¨de la moneda entre los dos fuertes, las consecuencias ya las están empezando a vivir y todo ello nos podría llevar a la civilización humana a un camino de autodestrucción donde el dinero, la política y los odios espero que no puedan más que la razón.
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