En el Real Madrid nunca lo quisieron. Lo contrataron en la temporada 2003-2004 en un equipo repleto de figuras como Zidane, el Gordo Ronaldo. Tenía porte de estrella pero no su ego. Florentino Pérez buscaba a alguien con la capacidad de vender prensa. Queiroz y su discreto encanto no iban bien en esa fábrica de moler carne que era el Madrid de los Galacticos. Por eso, muchos años después, puede decir con su amplia sonrisa: “Florentino era un cabrón”.
Es que después de salir del club más poderoso del mundo pasó varios años sin dirigir hasta que lo rescató su maestro, Alex Fergunson. Con uno de los mejores directores técnicos de la Historia pudo ser campeón de la Champions League en el 2008. Nunca se desesperó mientras no tuvo trabajo, siempre ha estado acostumbrado a pelear por seguir, a luchar para continuar.
Carlos Queiroz es un sobreviviente. Cuando tenía una semana de nacido esquivó la muerte por muy poco. El 1 de marzo de 1953 nació en Nampula, en ese entonces un pequeño poblado de Mozambique, colonia portuguesa. Le pusieron de nombre Manuel Brito Leal Queiroz y era el primer hijo de Ana Paula y Julio una pareja de profesores. Tenía una semana de estar en este mundo cuando una noche se despertó asfixiado. Mientras su cuerpo se ponía morado su tía reaccionó de la manera más inesperada: lo arrojó sobre un cuenco de agua helada. El contacto con el líquido lo reanimó de inmediato.
Creció adorando a Eusebio y otras figuras de Portugal que lució en el Mundial de Inglaterra 1966. Era hincha del todopoderoso Benfica y un muy buen alumno del colegio Vasco da Gama y el liceo Almirante Gago Coutinho. Vivía bien en un lugar como Mozambique a donde, según sus palabras: Hay una época del año, en la que las estrellas se ven con tanta nitidez que parecen descolgarse del cielo hasta rozar la tierra. Mirarlas produce hasta miedo"
La revolución se acercaba, pronto Mozambique dejaría de ser una colonia portuguesa. Las condiciones para su familia no mejoraban. Sin embargo, hubo un hecho que los sacaría definitivamente de África. Rogelio, su hermano menor era la persona más cercana en su juventud, su mejor amigo. En noviembre de 1973 en un accidente automovilístico perdió la vida. Queiroz tenía 20 años y dejó su país no sólo para mejorar sus condiciones de vida sino para escapar de los recuerdos más dolorosos.
Estudió Educación Física en Lisboa y antes de tener 30 años ya dirigía las divisiones inferiores de varios equipos. Se especializó en sacar jugadores de fútbol. En 1989 queda campeón del mundial Sub 20, logro que repetiría en 1991. Desde entonces ha sido un caballero del fútbol y uno de los teóricos más respetados de Europa.
Después de dirigir la selección absoluta de su país fue a Irán en donde estuvo ocho años. Solo las ganas de dirigir una selección de figuración mundial como Colombia lo hicieron mover de Asia. En Colombia ganará cerca de tres millones de dólares anuales, la mitad de lo que ganaba José Néstor Pekerman. A diferencia del Argentino traerá apenas cuatro asesores: Pekerman tenía 12. Carlos Queiroz es un tipo serio y a la vez amable y ya se ganó a la hinchada con esa victoria por goleada contra Perú y la contundente victoria contra Argentina en el inicio de la Copa América.