No existe una ciudad en Colombia que consuma más aguardiente que Medellín. Apenas se supo, sobre las nueve de la noche del miércoles 26 de julio, que el Rey había muerto, sus canciones empezaron a atronar en cada vitrola. 71 años tenía el Rey y lo que deja es una estela de leyendas, de anécdotas marcadas por el sino trágico.
Por defender a su mamá mató a su papá. Darío contó la anécdota una y otra vez. Según él a Marco Aurelio Gómez le dieron un bebedizo y por eso quiso matar a su esposa. Para defender a su mamá el niño Darío, de 15 años, tomó una escopeta y lo mató. Esto sucedió en San Jerónimo Antioquia y así se lo relató al programa Se dice de mí: “Yo me le tiré, agarré la escopeta y salí corriendo con ella para tirarla. No sabía que estaba montada, llevaba la cacha por delante, pero el tubo estaba para atrás. Apreté sin saber que estaba montado, se fue el tiro y maté a mi papá”
Como sucede con Diomedes Díaz, con Maradona, la polémica forma parte de la leyenda de los ídolos. Por eso, cuando una multitud se agolpó anoche frente a la Clínica Las Américas de Medellín a cantar sus canciones, también se cantó su leyenda.
Para escribir esas canciones cargadas de duelo, de pellejo, que puso a beber a más de uno se tuvo que sufrir. Por eso compuso Daniela, la canción dedicada a su hija, la que mataron de una bala perdida.
Una de las canciones más lloradas por los amantes de Darío Gómez reza así: “Un día… una madre muy joven ha perdido la vida, la desgracia ocurrió. Sucede, la guerra entre pandillas, y una bala perdida con su vida acabó, y Daniela muy niña huerfanita quedó”. La historia es terrible. Daniela estaba con su mamá departiendo un sábado en el barrio San Javier de Medellín cuando una bala perdida irrumpió en el garaje de la casa y la mató. Tenía 20 años. Dejó una hija de meses, quien también lleva el nombre de Daniela y era el gran amor del cantautor.
A los 71 años parece demasiado joven para morir. Sus fans recuerdan hechos además que engrandecen su legado, como la tarde en la que les dijo a la policía en Pasto, absolutamente borracho, que ellos eran la institución más corrupta del país.