‘Regias Reveladas’ es un fotográfico participativo cuyo objetivo es luchar contra el estigma que impide que las mujeres cuya ocupación es o ha sido el trabajo sexual accedan a derechos fundamentales como vivienda, salud, educación, entre otros. La exhibición muestra varias fotos y testimonios realizados por las mujeres participantes que muestran facetas de sus vidas que consideran que la sociedad desconoce.
Este proyecto permite y apoya el empoderamiento de las mujeres a partir del uso de medios visuales (fotografía y video). Durante el desarrollo del proyecto se realizaron talleres con líderes de esta comunidad sobre derechos humanos, derechos sexuales y reproductivos y medios visuales. De la misma manera, se siguió una metodología participativa en la que las líderes decidían qué rutas tomar, cómo planear los productos y cómo alcanzar las metas propuestas en conjunto; es decir, se co-construyó todo el conocimiento y resultados del proyecto.
Las fotos son el primer producto abierto al público para generar conciencia en las personas sobre la realidad de exclusión y discriminación a las que están sujetas las mujeres en Colombia, y las maneras cómo ellas resisten y se sobreponen a ello. La exposición viajará de manera itinerante por varios lugares de Bogotá y con su recorrido romperá también las barreras espaciales que separan a las distintas poblaciones que habitan la ciudad.
Este fue el discurso dado por una de las líderes, Daniela Maldonado, líder comunitaria y codirectora de la Red Comunitaria Tran, en el lanzamiento de la exposición de fotos:
Ser regia es un sinónimo de una mujer segura, inteligente, astuta, con carácter, sexy, atrevida arriesgada y decidida. Ser rebelada es un sinónimo de desvergonzada, de rebeldía, libertad, autonomía, sinceridad e independencia. Y ser regia revelada es el resultado de un alma que es libre, fuerte y feliz integrado en un cuerpo que se construye desde la autonomía y el amor propio.
Bienvenidos y bienvenidas, las regias reveladas abrimos todas las ventanas para que usted vea en primera persona la otra versión de nuestra historia. Una tarde, callejeando por la Séptima y bajo los efectos de tomar el té con la coqueta, pensaba que todos los edificios y las casas eran tan diferentes en estilo, color, estructura, arquitectura, etc..., pero también veía cómo todos los edificios juntos lograban crear un espacio armónico a pesar de sus notables diferencias y los sentí tan similares a la forma en cómo nosotras y nosotros construimos nuestros cuerpos.
Dicen que los ojos son como las ventanas del alma, por eso, algunas veces, uno de los actos más sinceros de la vida termina siendo una mirada, puesto que los ojos reflejan sentimientos, sensaciones y emociones. Hoy abrimos las ventanas de nuestras almas para que todos vean a través de nuestra mirada, una mirada que solo pretende mostrar la forma en como entendemos la vida y la cosmovisión que tenemos del mundo.
Todos los medios de comunicación, la historia, la religión y la sociedad en general siempre han mostrado a las mujeres que están en contextos de trabajo sexual como algo negativo que debe ser rechazado y tachado como inmoral, algo que es malo, indigno, sucio, humillante, vergonzoso e indecoroso.
Por eso esta noche es tan importante y especial. Porque por primera vez somos nosotras las que contamos nuestra historia, es tiempo que la gente conozca nuestra versión, tenemos el poder de mostrar lo que realmente somos, más allá de todos los imaginarios negativos colectivos, de lo que la gente piensa, cree o morbosea mentalmente sobre nuestras vidas.
Tal vez estas fotos no sean las más profesionales artísticamente hablando, pero sí son las más sinceras porque cada imagen plasmada muestra lo que nos asombra, lo que nos hace feliz, lo que nos llena, lo que nos hace sentir completas y lo que logra conectarnos con la vida.
‘Regias reveladas’ es una gran oportunidad para contarle al mundo cómo lo veo a partir de mi lente y compartir mi perspectiva con los demás.
Mi postura y mi visión no es la mirada de una puta o una trabajadora sexual, aunque en mi caso el trabajo sexual es un tema que hizo parte de mi pasado del cual nunca he sentido vergüenza. Pero fue gracias a esas experiencias negativas y positivas que me brindó la calle las que me dieron fuerzas, conocimientos, estrategias y herramientas para cambiar mis vivencias y mis realidades. Pude lograr construir mi vida desde otras formas y en otros contextos. Por esa razón, me gustaría que me reconocieran por mis capacidades, mi poder de autonomía y la rebeldía en la que construyo mi cuerpo y no que me rotulen y me etiqueten o me encasillen en los papeles de puta, trabajadora sexual o vendedora de manzanas.
Aunque el proyecto al principio fue planteado como un proceso de formación para trabajadoras sexuales, en el desarrollo del proceso las compañeras: Laura Martínez, Catalina Correa , ‘Coqueta’, Liseth, ‘Pollitolu’, ‘Luzma’, ‘la Mona’ y yo nos dimos cuenta que realmente este no era un proyecto para putas, que esto se había convertido en algo fuerte e importante porque habíamos aprendido que lo más valioso del proyecto era el grupo de mujeres diferentes que lograban encontrarse y entenderse desde la base del respeto por la diferencia. También nos dimos cuenta que ni por el putas lograríamos ser las mujeres que la sociedad espera que seamos; que la fuerza, la valentía y lo regias que siempre somos eran las cosas que nos unían y nos consolidaban como un grupo de parceras que logran mantener una capacidad de sonreír todo el tiempo de todas las locuras y las ocurrencias que sucedían en los talleres.
Cuando hablo de todas estas cosas tan humanas, tan sociales y amorosas, me di cuenta que realmente me emputa, me molesta y me ataca cuando se habla de trabajadoras sexuales. ¿Por qué anteponer e imponer sobre las mujeres un oficio que durante toda la historia ha sido tan satanizado, violentado, estigmatizado, burlado y discriminado por encima de lo que realmente importa, que es la mujer como sujeta política, de derechos y como ser humana?
¿Y qué tal si en vez de hablar de trabajadoras sexuales o de prostitutas hacemos un esfuerzo pedagógico para lograr cambiar nuestro lenguaje en el cual reconozcamos que existen grandes mujeres tan guerreras y tan fuertes con una experiencia de vida que afronta los contextos de trabajo sexual o prostitución?
Cuando logramos humanizar el lenguaje y las acciones en cómo nos referimos a la otredad, esto se logra convertir en un ejercicio de dignidad, inclusión, respeto e igualdad.
Vale la pena resaltar la gran labor de Laura Martínez y Catalina Correa para que este proyecto pudiera ser posible.
¡Ve a visitar Regias Reveladas en la Casa de la Juventud de los Mártires!
Disponible en la Calle 24 # 27ª-31 hasta el 21 de agosto.