George Steiner, ese viejo filósofo francés que cada día nos sorprende más con la lucidez de su pensamiento crítico, en su ensayo La idea de Europa nos enseña la importancia de los cafés en el desarrollo de las sociedades. Esa humanización que se logra a través del encuentro con el otro en un café —diferente a los bares norteamericanos donde hay sensualidad, “consumo y humo” como diría el poeta uruguayo Benedetti—, donde se departe con amigos y se habla en forma desprevenida pero coherente, fraterna, que permite generar debates en torno a temas de ciudad, país y mundo, que ha quedado en un refrán de la sabiduría popular que dice, cada que se ven los encuentros en pequeños grupos: “están arreglando el país”.
Y es verdad, del debate en los café, que hoy podemos llamar tertulias, salen las ideas —al mejor estilo de la mayéutica— para atacar ciertos problemas que pasan de lo individual a lo colectivo.
Ya los griegos lo sabían y por eso la importancia del ágora o el foro, donde ampliamente se debatían asuntos de la polis, y donde salían las leyes que regulaban los ejercicios democráticos de la naciente ciudadanía.
Tal vez el médico Jorge Iván Ospina, con esa fijación que tiene sobre los asuntos de ciudad, ha logrado realizar lo que en el campo clínico se denomina una anamnesis, y por ello ha querido profundizar en el examen de las problemáticas urbanas y está convocando semanalmente a tertuliar, es decir, a compartir, a fraternizar, a dialogar y dejar salir de la misma ciudadanía las posibles ideas para problemáticas profundas que actualmente tiene Cali, que ya es Distrito Especial.
Y sí, quizá sin saberlo, pero siguiendo la huella que el filósofo Steiner ha marcado sobre la humanización a través de los cafés, Ospina convoca en una plazoleta (que es un espacio público, de todos,) y que representa una identidad caleña como es la música salsa, esa que Jairo Varela inmortalizó con el “Cali Pachanguero” que suena permanentemente en las trompetas esculpidas por el arquitecto Fredy Pantoja, para inicialmente “tararear” lo que puede ser un plan de gobierno para Cali, construido desde la misma ciudadanía que padece y aguanta los aplazamientos de gobiernos y desatienden sus clamores, de pronta solución de sus conflictos.
Hay, en las tertulias de Ospina, una especie de cartografía que señala los rumbos a seguir, y qué mejor, que sea construida por el colectivo, que poco a poco ha ido nutriendo ese espacio democrático para fortalecer la palabra, la amistad, la caleñidad, y en eso Jorge Iván Ospina, como médico, sabe que su diagnóstico debe ser acertado.
