Ese día fueron testigo de los horrores de la violencia cuando un grupo de paramilitares al mando de Rodrigo Mercado Pelufo, alías ‘Cadena’, exjefe del Bloque Montes de María, interrumpió en su caserío para asesinar a 13 campesinos y llevarse la ilusión de un pueblo pacífico.
Después de eso, la desolación, la tristeza y el abandono se apoderaron de muchos de los lugareños, 300 de ellos huyeron del que fuera su nido, llevando con ellos solo un par de pertenencias y el dolor atragantado en sus gargantas.
Sus vidas que antes estaban unidas por los lazos de amistad y solidaridad terminaron desperdigadas por los municipios del centro y sur del Bolívar, a donde llegaron sin saber que sería de sus existencias. El sufrimiento continuaba.
Debieron pasar 6 años para que el dolor de estos campesinos empezara a salir no ya desde el llanto, sino a través de las manos de las mujeres de la comunidad, quienes aprendieron de la predicadora de la Iglesia Menonita, Teresa Geiser, a plasmar en telas los horrores que vivieron aquel viernes oscuro.
“Nosotras nacimos después del desplazamiento masivo de nuestra comunidad, donde desplazaron 245 familias en un solo día, más adelante en Las Brisas masacraron 13 campesinos y esto nos dio la fuerza para trabajar como mujeres, afectadas de una manera diferencial en el conflicto, de una manera desproporcional. Quisimos trabajar como mujeres y hacer un trabajo distinto donde podamos trabajar desde el alma”, manifestó, Juana Alicia Ruiz Hernández, una de las tejedoras.
Desde entonces el trabajo de estas aguerridas mujeres ha sido reconocido por muchos sectores de la sociedad colombiana. Hoy día sus tejidos que grafican las riquezas de su tierra y su gente se encuentran expuestos en el Museo Nacional.
Allí le rindieron un homenaje en el que estuvo presente el Procurador General, Fernando Carrillo Flórez, quien resaltó el trabajo de estas mampujanas.
“Yo creo que de las cosas gratas que yo he descubierto en Colombia han sido las tejedoras de Mampuján, porque son el futuro del país, en la región más afectada por la violencia, por la violencia sexual”, dijo Carrillo.
El Procurador trabaja en pro de la construcción de un museo en esta zona del país, donde las víctimas puedan exponer a través del arte cómo ha sido su proceso de perdón y superación de los trauma de la violencia.
“Construir ese museo de la memoria histórica en María la Baja, hoy ya tenemos nuevos aliados. Estuve hablando con el director del Museo Nacional con la ex ministra Elvira Cuervo, con la Cooperación Española ya vamos sumando y yo creo que vamos a hacer ese museo de arte popular en María la Baja, cumpliéndole a las víctimas de esa zona tan golpeada”, manifestó.
Las tejedoras son un ejemplo de cómo el arte permite ser un vía para canalizar el dolor y de paso mostrar los horrores de la guerra para que no se repitan y pobladores como los de Mampuján puedan vivir en la tranquilidad que los acompañaba antes del 10 de marzo del 2000.